El Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM por sus siglas en Inglés) se usa alrededor del mundo para diagnosticar a pacientes con enfermedades mentales.
El Dr. Allen Frances de la Universidad de Durham dirigió la penúltima edición del DSM. Su meta fue elevar los criterios con los que se puede diagnosticar a alguien con una enfermedad mental. De acuerdo al doctor, se abusó del DSM IV incrementando los diagnósticos y el uso de medicamentos. En los Estados Unidos, el 20% de personas toman medicamentos psiquiátricos diariamente y un cuarto de la población está diagnosticada con una enfermedad mental. Esto es lo que dice Miguel Ayuso en El Confidencial.
En su nuevo libro,¿Somos todos enfermos mentales? (Ariel) Frances dice que le horroriza el entusiasmo de las personas que trabajaban en el DSM V. puesto que ve grandes riesgos.
En una visita a Madrid anotó que si el DMS V tiene éxito, se podría llegar al absurdo de que el 81% de la población sea diagnosticada con una enfermedad mental.
Por ejemplo, el Dr Francis dice que una persona que tenga síntomas de duelo por haber perdido hace poco a un ser querido puede ser diagnosticada con depresión clínica por un médico general, que le dedica a la consulta aproximadamente 7 minutos y que se apega a la clasificación del nuevo DSM; como consecuencia le recetará antidepresivos. Esto se repite en muchos casos, desde la publicación del nuevo DSM en mayo del 2013
La única verdadera beneficiada por esta situación es la industria farmacéutica. Frances dice que las farmacéuticas estan alertando a los médicos a diagnosticar la depresión en las personas que estén pasando por un duelo .
Aunque las farmacéuticas disfrutan de grandes beneficios, Frances piensa que no están detrás de esto.
Frances conoce a la gente que ha trabajo en el DSM V y no le parece que su interés sea ayudar a las empresas farmacéuticas. Sus decisiones incorrectas se deben a que han estimado demasiado su campo de estudio sin notar el daño que pueden hacer.
Lo que el DSM ha logrado es que los médicos y los pacientes crean que tomar medicamentos es la única solución.
Aun asi, el Dr. Frances insiste. Las farmacéuticas no han tenido ninguna influencia en la publicación del DSM V, pero van a usarlo para ganar aún más dinero usando una definición que es buena para empezar pero que se vuelve confusa.
Dice que el incremento en diagnosticar no es solo psiquiátrico, ya que, por ejemplo, todos los procesos normales de envejecimiento se consideran ahora una enfermedad.
Es aún más complicado cuando se trata de enfermedades mentales.
Uno de los ejemplos más notables es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Los niños menores de las clases tienen más posibilidad de tenerlo que aquellos mayores. De acuerdo a Frances, esto significa que la inmadurez está siendo transformada en una enfermedad y está siendo tratada con medicamentos.
Desde el punto de vista de la industria farmacéutica, los niños son buenos clientes. Los antibióticos solo se usan durante unos días, pero los niños con trastorno de atención son consumidores por vida, dice el autor. Estos medicamentos pueden causar problemas, como la obesidad infantil.
De acuerdo al doctor, el poder de las farmacéuticas debe ser limitado. Los problemas múltiples son más fáciles de resolver usando la psicoterapia en lugar de medicamentos.
Frances dice que se debe presionar a los gobiernos por regulaciones más duras y pide a sus colegas médicos usar el sentido común.
Frances afirma que las farmacéuticas no se preocupan por la gente, solo por sus ganancias. Dice que los doctores prescriben demasiados narcóticos y que la industria empieza a ser más peligrosa que los carteles de la droga. “El cambio debe ser inminente,” agrega.