Sabemos que la privacidad, en este siglo en el que vivimos, es algo que casi hemos perdido, ya que, a través de las redes sociales, normalmente, solemos exponer todo lo que hacemos; pero, aún hay personas que piensan que cuando navegan por Internet están totalmente protegidos y seguros, algo que es totalmente incierto y si no, qué se lo pregunten a los ciudadanos de Venezuela.
Y es que, en este país, los servicios de inteligencia del régimen bolivariano (asesorados por sus homólogos de Cuba), han ampliado su capacidad técnica para espiar a la población y, para leer los correos y las conversaciones telefónicas de todos los contrarios al proceso revolucionario, han empezado a utilizar una tecnología de punta.
En los últimos tiempos, se han gastado millones de dólares en Venezuela para ampliar su capacidad de espiar electrónicamente a sus propios ciudadanos.
Para ello, han utilizado tecnología rusa e italiana, así como de las empresas cubanas relacionadas con la Universidad de Ciencias Informáticas, Datys y Albet.
Entre las nuevas adquisiciones tecnológicas destacan equipos italianos, capaces de monitorear automáticamente las conversaciones telefónicas, los correos de texto y el uso de Internet de miles de personas de interés.
Aunque esta capacidad de monitorear es mucho más limitada si los venezolanos acceden a Internet a través de un proveedor privado, ya que, para ello, los organismos de seguridad deben emplear los servicios de sus distintos equipos de hackers.
Estos sistemas de espía, lo que hacen es detectar palabras clave predeterminadas.
Si alguna de ellas se pronuncia o dice (como, por ejemplo “conspiración”, “golpe de Estado” y “subversión”) el sistema avisa y graba automáticamente cuando esto ocurre y luego estas palabras son revisadas por el personal de la organización.
Documenting Internet blocking in Venezuela #digitalrightslac http://t.co/ZcnZAq5hOb
— Marianne Díaz H. (@mariannedh) November 7, 2014
Así que ahora, más que nunca, los venezolanos van a tener cuidado con todo lo que hablen o escriban para no ser sancionados por las autoridades.