En las noticias, estamos siempre acostumbrados a escuchar temas serios que, normalmente, tratan sobre economía, política o ciencias; pero, lo cierto es que, de vez en cuando, salen a la luz noticias que bien pudieran ser comentadas en cualquier programa de humor, pero que, sin duda alguna, merecen la pena comentar.
Éste es el caso de un ladrón que actuó en Sevilla y al que los acontecimientos le desbordaron tanto que, al final, acabó por abandonar la operación de robo de una caja registradora en una farmacia de la capital andaluza.
Todo ocurrió cuando faltaban unos diez minutos, aproximadamente, para el cierre de la farmacia y fue entonces cuando entró un hombre con sombrero, gafas y abrigo con paso firme y directo hacia el mostrador.
El hombre se mete la mano bajo el chaquetón y saca un arma que le muestra al farmacéutico y le apunta desafiante, reclamando el dinero de la caja. El empleado se niega rotundamente a darle el dinero de la caja registradora y es entonces cuando el ladrón no sale de su asombro y se siente totalmente ridículo.
Nadie le hace caso y parece que las cosas no le están saliendo como planeaba, ya que incluso los clientes de la farmacia parecen no estar nada asustados.
Así que visto que no ha impresionado a nadie en su intento de atraco, el ladrón decide dar media vuelta y se va por la puerta por donde entró, dejando así el intento de robo en una anécdota.
Sin duda alguna, lo que llama la atención de este caso es que el atracador no haya insistido, lo que se dice demasiado, en atracar la farmacia y también habría que destacar la suerte que corrió el farmacéutico, porque la Policía, en estos casos, aconseja hacer todo lo contrario a lo que hizo este hombre y que es sobre todo, no enfrentarse al ladrón.