Aunque hace ya tiempo, en marzo concretamente, cuando saltó la alarma de que las reservas de oro de Ucrania habían sido sacadas del país sin saber muy bien el destino (aunque se barajó la posibilidad de que estuvieran en la Reserva Federal -Fed- de Nueva York); se especuló con que el cargamento aéreo despegó del aeropuerto internacional de Boryspil y que las cajas que contenían los lingotes habrían sido subidas al avión por 15 personas con uniforme negro, máscaras, chalecos antibalas y armados con ametralladoras.
Aunque ahora, el país, vuelve a estar de actualidad por las declaraciones de la gobernadora del Banco Nacional de Ucrania (BNU), Válery Gontareva, que reveló que
“en las bóvedas del Banco Central ya no quedan casi nada de oro. Sólo hay una pequeña cantidad de lingotes restante, pero es sólo el 1% de las reservas”.
Estas declaraciones, han llamado mucho la atención y por varias razones.
Primero, porque el Consejo Mundial del Oro, reportó, ya en febrero, que las reservas áureas ucranianas eran de 42´3 toneladas, aunque, de ellas, sólo se encontraban 21 toneladas, físicamente en bóvedas del BNU. Gracias a este dato, se podría calcular que si usamos las cifras de reservas internacionales del BNU (unos 12.586 millones de dólares, aproximadamente) y el precio del oro (aproximadamente, 1165 dólares la onza), se podría estimar que en las bóvedas de Ucrania, hay apenas 108.000 onzas troy, equivalentes a 3´3 toneladas de oro físico, por tanto ¿a dónde han ido a parar las 17´7 toneladas restantes? ¿Quién se las ha llevado y por qué?
Las teorías son varias, pero, la que tiene mayor fuerza es la de que fueron los americanos los que se llevaron el oro de Ucrania. Lo que sí está claro, por otra parte, es que los habitantes de Ucrania cada vez están peor, ya que no su banco central está liquidando el poco oro existente en un muy mal momento, sino que, también, los contados lingotes que antes estaban en sus bóvedas, se han esfumado y está más que claro que nunca los volverán a ver.