En los últimos años, la tecnología está cambiando nuestra forma de vida y el mundo de las apps es uno que avanza a pasos agigantados en el intento de querer ponernos fácil nuestra vida cotidiana. Con este afán, nació Uber, una app para encontrar transporte que, desde su nacimiento, ha sido y, seguirá siendo, la pesadilla de los taxistas en todas las ciudades en las que se ha instalado.
En concreto, el ministerio de Transportes y la Superintendencia de Puertos y y Transporte de Colombia han fijado ya una posición institucional sobre la utilización de plataformas, como Uber, para acceder a los servicios públicos de transporte de pasajeros.
Así, lo que el Ministerio ha querido dejar claro, con esta medida, es que Uber es una herramienta que sólo pueden usar las empresas de transporte debidamente acreditadas y no cualquiera, como actualmente parece que lo usan.
Es decir, para usar una plataforma digital como Uber, la empresa de transportes debe estar debidamente acreditada por la autoridad competente con la modalidad para la que se ha constituido, y, por tanto, la contratación y operación de los vehículos vinculados al servicio público de transporte es responsabilidad directa de la empresa legalmente constituida y habilitada.
Por tanto, queda bien claro que no está permitido la utilización de este tipo de apps para dispositivos electrónicos, por parte de personas particulares que pretendan dar un servicio sin tener sus vehículos legalmente registrados para tal fin.
Con esto, la guerra no ha hecho más que empezar entre los particulares que ofrecen sus servicios en Uber y los taxistas, debidamente acreditados, ya que estos son los que intentarán siempre luchar por sus derechos y la dignidad de su trabajo, algo que parece que, con Uber, no se lo están poniendo nada fácil.
Y si en Colombia ha sucedido esto, no es de extrañar que, pronto, en otros países en los que Uber está también presente, la guerra comience pronto.