“Bull market” no describe adecuadamente el frenesúi de compras de acciones chinas en las últimas dos semanas, por lo que los medios de comunicación locales han empezado a llamarle “Super-bull”, haciendo referencia al mercado alcista que se plantea en el escenario actual de la economía asiática.
A pesar de que el mercado accionario ha surgido con un 20% de alza en los últimos 10 días, el toro está arrasando todo hacia un territorio peligroso, como lo sugiere el ciclo más básico de tendencias del mercado, algo que ha despertado preocupación al interior del país y muchas expectativas en torno a los analistas internacionales
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El mercado alcista o “bull market” se relaciona con los nuevos picos de alza de los precios de los bienes y acciones, provocando un empujón económica y una ola de optimismo alrededor de las empresas, que muchas veces se percibe como el inicio de una burbuja financiera. Una burbuja que ya ha sido afectada por la fiereza del toro que dio esperanzas un tiempo atrás.
Existen buenas razones que desembocaron en esta racha: el banco central ha bombeado efectivo hacia la economía, una nueva relación con Hong Kong ha traído flujo de caja a Shanghai y las acciones se han visto más baratas dejando atrás los malos momentos. Al igual que el toro de Wall Street, la economía irrumpe con fiereza y ritmo arrollador sumergido en la confianza, aunque en algunas ocasiones ha demostrado ser sólo un espejismo en el largo plazo.
La calma antes de la tormenta financiera
Pero todo esto recuerda a un pico todavía más brillante que se dio en 2006-2007, antes de que el mercado se desmoronara. En aquel momento, la economía china florecía con números impresionantes en cada año, antes de dar paso a un desplome importante que tomó a mucha gente desprevenida.
Los programas de televisión se llenan de reportes emocionantes, los pensionistas hacen fila en las oficinas de los agentes de bolsa para cambiar sus ahorros en acciones y las salas de chat online explotan por conejos acerca de cuáles acciones elegir. Por eso, en este panorama, si el “super-bull” no desacelera pronto, podría cornear a los inversionistas una vez más.