Dejando de lado la tirante relación histórica y los, el Gobierno de los Estados Unidos ha extendido una felicitación a su par de Cuba por el despliegue humanitario en respuesta a la epidemia del Ébola, poniendo a las autoridades de la isla como ejemplo mundial.
Actualmente, Cuba lidera en cantidad de voluntarios y personal médico la ayuda humanitaria en África por la epidemia del Ébola, desplazando a ciudadanos para trabajar con las autoridades locales y las organizaciones internacionales para controlar y combatir la situación.
El Secretario de Estado, John Kerry, no tuvo más remedio que señalar que la respuesta de Cuba ha sido “impresionante”, superando lo hecho por su propio Gobierno y por otras potencias mundiales como Alemania y Reino Unido para atender la emergencia en África.
Mientras los medios occidentales reducen cada vez más su cobertura del Ébola, los cubanos han tomado una posición activa y desde octubre pasado se encuentran en el “campo de batalla”, atendiendo a los infectados y reuniendo información que servirá de ayuda para las posteriores investigaciones.
A modo de ejemplo del nivel de compromiso de los enviados cubanos y la respuesta que ha generado en la escena internacional, un médico resultó infectado con el virus del Ébola y el propio Kerry se encargó de anunciar que su caso será tratado de manera preferencial.
Un historial de ayuda médica internacional
No es la primera vez que Cuba se destaca a nivel internacional por su ayuda humanitaria y su reacción inmediata para ser protagonista en la lucha contra la tragedia, ya que igualmente se convirtió en el principal activista tras el terremoto de Haití en 2010. En aquella ocasión, el Gobierno cubano llevó un contingente que atendió al 40% de las víctimas.
En otro terremoto en Pakistán en 2005, un total de 2400 cubanos de personal médico fueron desplegados a Cachemira para atender a un 70% de las víctimas. Además, hubo donaciones para miles de becas médicas y dejaron instalados 32 hospitales móviles.
Aunque la comunidad internacional tenga críticas -muchas veces justificadas- para el régimen cubano, su ejemplo como apoyo internacional y su sistema de colaboración humanitaria se ha convertido en ejemplo ante las grandes tragedias del planeta, tal y como ha reconocido uno de sus peores enemigos políticos.