El cine, en Francia, está, ahora, sufriendo una gran remodelación económica y es que el Centro Nacional de la Cinematografía (CNC), que es el que promueve y regula la industria cinematográfica nacional y proporciona apoyo financiero a las producciones francesas, se está rigiendo ahora con nuevas directrices, según se ha podido conocer gracias a la prensa del país galo.
Según el coste der la película, así cobrarán los actores
Así, se ha establecido que, para las películas con un coste inferior a los 4 millones de euros, no se podrán conceder a sus actores protagonistas un sueldo superior al 15% de su presupuesto total. Y si se produce un incumplimiento, la cinta dejará de recibir la subvención pública correspondiente, que procede de un impuesto sobre el 11% de cada entrada y de las preventas a cadenas televisivas.
Por otra parte, para las películas de entre 4 y 7 millones de euros, el porcentaje no podrá superar el 8% y, hasta los 10 millones de euros, la nueva reglamentación fijará el límite en el 5%. Ya por encima de esa cifra, la remuneración máxima que podrá obtener un actor por una película será de 990.000 euros, dejando así que los cachés millonarios de los actores franceses queden erradicados.
¿Por qué prefieren cobrar menos y trabajar en Hollywood?
Lo que está claro es que no tiene que cundir el pánico entre las principales productoras del país, ya que lo cierto es que se podrá pagar más a las estrellas protagonistas de la película, pero, eso sí, el director y/o productor se verá privado por los subsidios estatales, que han existido en el país desde la Segunda Guerra Mundial.
La polémica, lo que sí está claro es que está más que servida, ya que hay algunos que se preguntan cómo algunos actores y actrices franceses de renombre, como, por ejemplo, Vincent Cassel, Marion Cotillard, Audrey Tautou y Jean Reno, entre otros, se les puede pagar hasta 2 millones de euros por una película que no va a salir de Francia, cuando, por el contrario, están contentos con un salario de 50.000 a 200.000 euros, cuando aparecen en una película americana, cuyo mercado es global.