Ante la crisis del petróleo a nivel mundial, con precios que tocaron su piso más bajo en los últimos años, el Gobierno de Venezuela busca medidas que reduzcan el impacto negativo en su economía y ahora le apostarán a los diamantes, las piedras preciosas, los metales y las monedas extranjeras.
Venezuela tiene las reservas de crudo más grandes del planeta y sus ingresos dependen en un 95% de la exportación del petróleo, por lo que el momento que vive esta industria ha puesto en jaque al país, que atraviesa por circunstancias sociales y económicas con la inflación más alta del mundo.
En los últimos días, las reservas del país tocaron su punto más bajo desde 2003 y la caída del petróleo en un 35% no ayuda demasiado, por lo que el Gobierno junto con el Banco Central de Venezuela (BCV) han tomado una determinación histórica e inesperada para el perfil del país.
La reserva recibirá diamantes, oro y otras piedras y metales preciosos para aumentar los pobres números y el BCV recibirá las divisas que sean universalmente convertibles, en una decisión que permite “inyectar fondos que no están en el presupuesto a las reservas” como estrategia contable, según explicó el analista Hernán Yellati.
“El Gobierno quiere considerar esos bienes como parte de las reservas internacionales. El impacto de la medida será limitado, ya que esto es sólo una medida contable, no es dinero fresco”, afirmó el analista.
Bienvenida cualquier moneda que aporte
Junto con el uso de diamantes para engrosar las reservas, Venezuela también utilizará los préstamos chinos en yuanes y autoridades gubernamentales viajaron a Asia para cerrar un acuerdo que promete dar un respiro a la amenazada economía del país sudamericano.
El Banco Central anunció que utilizará “cualquier moneda de reserva las divisas libremente convertibles y de aceptación universal, así como aquellas monedas empleadas como moneda de cuenta o de pago en compromisos asumidos por la República”.
Hasta el anuncio de estas medidas, las reservas internacionales estaban conformadas por oro monetario, depósitos y otros valores en monedas internacionales (dólares o euros), por lo que el giro de esta determinación obedece al presente complicado de Venezuela por la caída del petróleo y la necesidad de resurgir para continuar con los cambios sociales que pretenden sus gobernantes.