No son pocas veces las que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) ha llamado la atención de futbolistas, entrenadores, equipos y federaciones por mensajes religiosos en los últimos años, considerando la base reglamentaria que impide demostraciones de este tipo en un terreno de juego. Sin embargo, la intención se ha quedado a medias, ya que la relación entre fútbol y religión parece cada vez más fuerte, aunque su origen se remonta incluso al nacimiento del deporte hace más de 100 años.
El autor francés Nicolas Vilas publicó hace poco un libro llamado “Dieu Football Club” (puede conseguirse en Amazon o la Casa del Libro en idioma francés), traducido como “Dios Fútbol Club”, una recopilación de datos e historias que explican la relación de la religión con el fútbol.
“Jugadores, católicos, protagonistas, musulmanes, profesionales, judíos, amaterus, árbitros, agnósticos, dirigentes, ateos, entrenadores, evangélicos y cualquier otro miembro de la familia del fútbol no puede esquiver un fenómeno planetario y mediático: la religión está ligada al fútbol. O tal vez sea a la inversa“, destaca el resumen de libro de Vilas.
El escritor francés hizo su trabajo en tres años, buscando información sobre la fundación de clubes en Francia y Europa, además de mostrar cómo los futbolistas brasileños en su mayoría evangélicos dan a conocer su fe tanto en sus eventos futbolísticos como a través de redes sociales, mientras los jugadores musulmanes deben acordar con sus equipos un horario de entrenamiento y otras actividades para no crear conflicto con los horarios sagrados en diferentes momentos del calendario.
En una entrevista con Le Point, el autor señaló su idea principal al respecto: “Mi libro es como el tema que trata: no da una respuesta a un problema. Lo que es interesante es que los futbolistas son por lo general más abiertos a la sociedad. En el vestuario, las religiones coexisten.
La férrea intención de la FIFA
El máximo organismo del fútbol mundial prohibió los mensajes religiosos y políticos en cualquier campo de juego que esté bajo sus reglas y una de las primeras intervenciones enfáticas fue con la Confederación Brasileña de Fútbol, recordando que los futbolistas no podían enseñar camisetas alusivas a Jesús ni celebrar con ademanes al Cielo, aunque finalmente modificó su posición y dijo que “arrodillarse no está mal”.
De hecho, FIFA también dejó que las mujeres musulmanas jugaran con una especie de velo deportivo para respetar sus creencias sin afectar el juego, por lo que de a poco la oficina de Joseph Blatter en Suiza ha tenido que ceder en un terreno que no le gusta demasiado pero que forma parte del mundo de hoy, así como lo fue en la creación de equipos que hoy gozan de una reputación mundial como Celtic y Rangers en Glasgow, una larga tradición religiosa de batallas clásicas en los estadios de Escocia.