Los 196 países que conforman las Naciones Unidas firmaron un acuerdo de última hora para comprometerse a implementar soluciones, aunque los expertos aseguran que se trata de una salida “honrosa” a falta de soluciones verdaderas de cara a la cumbre del próximo año que promete ser trascendental para el futuro de la humanidad.
No hubo mayores cambios en dos semanas de conversaciones en Lima en medio de protestas, presentaciones, charlas y negociaciones en la Cumbre por el Cambio Climático, por lo que hubo que acelerar el proceso para evitar que el evento terminara sin un documento base para trabajar en el futuro.
Si bien el objetivo se alcanzó con un acuerdo firmado por los 196 países representados, se trata de una extensión de tiempo para que en 2015 en la siguiente reunión por el cambio climático cada estado lleve una propuesta de cambio y un compromiso sobre las medidas a tomar de forma permanente.
Se esperaba que el acuerdo implicara la atención completa de los países participantes, con soluciones directas sobre la problemática mundial. Sin embargo, todo quedó en intenciones y para no acabar la reunión con las manos vacías, se llegó al entendido de firmar un acuerdo “débil” e “insuficiente” para la comunidad científica internacional.
La esperanza se fija en París 2015
Ahora, los esfuerzos estarán enfocados en la próxima cumbre de Naciones Unidas que se realizará en la capital francesa el próximo año y que promete tener discusiones más determinantes y soluciones permanentes y efectivas para el cambio climático, con estos meses de trabajo que muchos países seguramente se tomarán en serio.
Los científicos fueron claros en todo momento al señalar que no hay margen de maniobra y que se deben implementar soluciones desde ahora para no sufrir consecuencias en el futuro ya no lejano sino a mediano plazo. Ante esta situación, la cumbre del próximo año resulta decisiva.
En esta ocasión no hubo acuerdo por diferencias expresas entre los representantes de países desarrollados y países en vías de desarrollo, considerando la carga económica que significa implementar cambios en producción, agricultura y otros sectores activos, algo que se mantendrá para el 2015 en París, por lo que en Naciones Unidas simplemente han alargado un momento inevitable.