En las costas de Río de Janeiro se ha detectado la presencia de una súper-bacteria que ha multiplicado la preocupación en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de 2016, ya que algunos deportes podrían verse afectados por esta situación.
En lugares como la playa Flamengo se ha encontrado esta súper-bacteria resistente a los antibióticos al producir una enzima conocida como KPC, que se presume proceda de los desechos de químicos utilizados en los hospitales y que podría causar estragos en atletas, jueces y cualquier otra persona involucrada en deportes que tengan contacto con las aguas de Río de Janeiro.
La preocupación se ha generado en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos ya que al menos dos deportes que se disputarán el próximo año en la máxima cita mundial, vela y windsurf, tienen como escenario las aguas de Río de Janeiro según lo estipulado en los documentos oficiales.
Se sospecha que el río Carioca sea el torrente que lleve la bacteria al mar desembocando en la playa Flamengo, que muchas veces ha sido calificado como “no recomendable” para sumergirse, más allá de que muchas personas hacen caso omiso a la recomendación y nadan o se bañan en sus aguas.
Las consecuencias de la súper-bacteria
Las complicaciones de la presencia de esta súper-bacteria en las aguas de Río de Janeiro y que pone en peligro la realización normal de los Juegos Olímpicos es que de estar en contacto con ella, la persona puede sufrir de infecciones gastrointestinales, pulmonares y/o urinarias.
Según Ana Paula D’Alincourt Carvalho, coordinadora del Instituto Oswaldo Cruz, “como la súper-bacteria es resistente a la mayoría de medicamentos modernos, los doctores tendrán que utilizar drogas que no son usadas habitualmente y que son muy tóxicas para el organismo“.
Los responsables de salud de Brasil y el Gobierno de Río de Janeiro prometieron que la contaminación sería reducida en un 80% en la bahía Guanabara, algo que no se ha cumplido hasta el momento. Sin embargo, a pesar de las preocupaciones de los atletas y las demás personas involucradas en los deportes que tendrán contacto con las aguas de Río de Janeiro, las autoridades afirman que no habrá mayores complicaciones.