Gracias a la baja en los precios del petróleo a nivel internacional, todo apunta a que los proyectos de la revolución ambiental y los nuevos enfoques “verdes” de los gobiernos quedarán para los próximos años, tomando en cuenta el empujón económico que significa menos gastos en todos los niveles.
El precio del crudo ha bajado en un 44% este año y se encuentra en la frontera de los 60 dólares por barril pero los productores mundiales no tienen intenciones de tomar medidas correctivas para evitar la tendencia, por lo que se provoca un efecto dominó que afecta positivamente a la mayoría de las economías en el planeta.
Es justamente el planeta el que puede verse afectado por el desplome de los precios del crudo, ya que si bien es una excelente noticia para consumidores y negociantes de todo el mundo por la rebaja de los precios prácticamente de todos los productos y servicios, muchos proyectos de la revolución ambiental quedarán en pausa.
“Los subsidios de la energía renovable se han vendido al público sobre la base de sus beneficios económicos. Este argumento señala que los precios de los combustibles fósiles se pondrán cada vez más caros, mientras la energía renovable será cada vez más barata. Pero ahora esto genera muchas dudas”, explica el analista de energía Peter Atherton a The Independent.
Se requerirán subsidios más grandes
Con esta rebaja del petróleo, la diferencia de precios con la energía renovable se vuelve más grandes y los gobiernos que patrocinen los programas para implementar medidas ambientalistas en el uso de la energía, deberán poner más dinero de sus arcas para que los usuarios paguen un precio similar y acepten el cambio. Por consiguiente, estos proyectos se verán claramente afectados y podrían quedar en “stand by” por un tiempo antes de encontrar el apoyo necesario.
Con este complejo panorama entre manos, los impulsores de la revolución ambiental esperarán con expectación las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ya que una reducción de la producción mundial elevaría nuevamente los precios del crudo y le daría más oportunidad a los proyectos “verdes” de recibir el apoyo para llegar a buen puerto.