La designación de Sarah Saldaña como jefa de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas y la intención de explorar sus opciones de ser candidato a la presidencia de parte de Jeb Bush, casado con una mexicana, confirman la tendencia de la trascendencia hispana en la política estadounidense en el presente y el futuro. ¿Será un cambio o una simple moda?
Sarah Saldaña pasa a comandar la Oficina de Inmigración en un movimiento para fortalecer la nueva ley y manejar temas importantes como deportación, documentación y acciones preventivas, por lo que para la comunidad hispana es un gran aliciente tener a alguien que pueda identificarse con sus problemas.
“Creo que el presidente de EE UU, como otros antes que él, tiene la autoridad legal de realizar una acción ejecutiva para atender áreas en el ámbito de la rama ejecutiva”, respondió Saldaña hace un tiempo en medio de la polémica en la política estadounidense por el impulso del presidente Barack Obama por la nueva ley.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Jeh Charles Johnson, jefe inmediato de Saldaña, le dio la bienvenida diciendo que “está comprometida a apoyar el fortalecimiento de las leyes, la protección del país y la promoción de la seguridad púbica”, añadiendo que el buen liderazgo empieza añadiendo a otros buenos líderes” a la fórmula de trabajo.
Jeb Bush, el candidato hispano
“Me emociona anunciar que exploraré activamente la posibilidad de presentarme a presidente de Estados Unidos”, publicó Jeb Bush, hijo de George Bush y hermano de George W. Bush, para confirmar sus planes que podrían fortalecerse con el lanzamiento de su candidatura el próximo año.
El ex Gobernador de Florida, con familiares directos que han sido presidentes de los Estados Unidos, está casado con una mexicana y habla español con fluidez, lo que le da otro matiz a una potencial candidatura con mucha fuerza para las próximas elecciones.
Jeb Bush es conocido como el candidato hispano, tiene capacidad demostrada en diferentes puestos, la conexión familiar para conectar con la clase política y en un Partido Republicano que tiene muchos inconvenientes para llegar al sector latino de los votantes -que resulta cada vez más determinante en la decisión pública-, es visto como una elección natural.
Los latinos toman fuerza en el panorama de la política estadounidense, aunque habrá que esperar para ver si se trata de una tendencia marcada para los próximos años con protagonismo claro en lo alto de los comandos o la moda se esfuma entre muchos otros intentos aislados a nivel histórico.