Con la batalla del mercado perdida hace años, Blackberry ahora se enfoca en sobrevivir en una industria de competencia feroz y ha recibido buenas noticias en los últimos días, aunque deberá seguir luchando para mantenerse a flote y encontrar un sector que le traiga beneficios reales.
Los reportes oficiales de la empresa canadiense señalan una pérdida de 148 millones de dólares en el último período fiscal, aunque esa cifra toma en cuenta los 150 millones que se tenían previstos por diferentes motivos (impuestos, pérdidas preconcebidas) poco relacionados con las ventas y los acuerdos comerciales.
Fue la primera marca reconocida y prácticamente introdujo la competencia en el mercado de los smartphones a finales de la década de los ’90, pero con el correr de los años Blackberry se vino abajo con malas decisiones y poca actualización de sus productos a nivel tecnológico en comparación con sus competidores, por lo que ahora tiene un largo camino que recorrer si es que piensa en la recuperación.
Blackberry no se da por vencido en el ultra-competitivo mundo de los teléfonos móviles, pese a que ha sido superado ampliamente por empresas como Samsung, Apple y recientemente por las compañías chinas como Huawei, Xiaomi y Lenovo, que continúan su impresionante crecimiento a nivel internacional.
Recortar gastos es la clave
Algo llamativo del reporte oficial de Blackberry es que los ingresos siguen cayendo pero las pérdidas se redujeron considerablemente. Esto se debe a que el nuevo CEO de la empresa canadiense, John Chen, introdujo una serie de cambios para recortar gastos que estaban complicando el desarrollo de la compañía.
Con más de 8 millones de unidades enviadas a comercios de todo el mundo, Blackberry está lejos de competir directamente con Samsung y Apple, los grandes protagonistas del mercado. Sin embargo, puede empezar a construir de nuevo cierta confianza con buenos productos y empezar a salir de una crisis que parecía tener un inexorable camino a la desaparición.
Si se comparan los 148 millones de dólares de pérdidas de este último reporte con los 4.400 millones de dólares de pérdidas del mismo periodo del año pasado, la empresa con base en Waterloo, Ontario ha encontrado en la austeridad su vía de resurrección.