¿A quién no le ha pasado alguna vez que, por la mañana, ha sonado el despertador y ha querido seguir durmiendo sin remordimientos un poco más de tiempo? Pues bien, esto podría hacerse a la perfección si el horario laboral fuese de 10 a 18 horas, en vez de 9 a 17 horas.
Parece que una hora no significa nada pero lo cierto, es que, debido al horario laboral actual, aproximadamente un 40% de los estadounidenses están durmiendo menos de lo que deberían y es que, en la actualidad, es muy difícil que la gente trabaje menos y duerma más.
Se examinó a más de 124.000 personas
Pero, unos investigadores, en un estudio publicado en la revista “Sleep”, han llegado a la conclusión de que por cada hora más tarde que la gente entraba a trabajar, conseguían 20 minutos más de sueño.
Para llegar a esta conclusión, usaron datos de la Encuesta de Empleo del Tiempo estadounidense, que la Oficina de Estadísticas Laborales hace cada año. Así que, más o menos, se examinaron los hábitos de unas 124.517 personas, aproximadamente.
Lauren Hale, experta en salud pública en Suny Stony Brook, ha añadido, además, que no se puede determinar que ningún factor, realmente, cause más o menos horas de sueño. Y es que lo que ella cree que, realmente, mostraría, la realidad del asunto es que los jefes y los empleados se animaran a probar este nuevo horario para ver los beneficios.
Se disminuiría el “jetlag social”
Además de las horas de sueño, otra ventaja que se extrae de la jornada laboral de 10 a 6 de la tarde es que los horarios de sueño se mantendrían más constantes durante toda la semana y se disminuiría, por lo tanto, el “jetlag social”, el cual está muy relacionado con la obesidad.
Pero, finalmente, si no se aprueba esta nueva jornada laboral, hay otros remedios para tener una mayor calidad en el sueño, como, por ejemplo, limitar la cafeína en la tarde, evitar los objetos con pantallas (como smartphones, tablets, etc.) antes de dormir e intentar mantener los mismos horarios de sueño.