Con el cambio de las relaciones internacionales entre Estados Unidos y Cuba, muchos se frotan las manos por la libertad para comercializar o al menos obtener uno de los productos más codiciados de la isla caribeña: los famosos y bien ponderados habanos.
Con el nuevo acuerdo en marcha con el anuncio oficial de la Casa Blanca, cualquier persona que viaje de Cuba a Estados Unidos podrá llevar hasta 100 dólares de mercancía relacionada con los habanos, algo que estaba completamente prohibido hasta hace unos días.
El panorama ha cambiado por completo y los habanos podrán estar en casas, lugares de trabajo e incluso dará espacio para comercializar en pequeñas cantidades, aunque esto último seguramente será algo que el Congreso estadounidense deberá debatir y aprobar según la reglamentación en los próximos meses.
Los habanos son el producto más importante de su tipo en el mundo y es uno de los elementos más llamativos de Cuba en Estados Unidos, especialmente por la prohibición y su carácter de rarezas después del embargo, algo que quizás pueda cambiar con la modificación del status entre ambos países.
¿Los habanos son tan buenos como dicen?
Aunque los habanos bajaron su calidad en la década de los ’90, los expertos aseguran que los estándares volvieron a subir años más tarde y actualmente pueden encontrarse productos con las mejores características, para retomar su sitial de privilegio en la industria de los cigarros a nivel mundial.
La explicación de por qué los habanos cubanos son los mejores tiene múltiples factores. Las características del suelo y la temperatura de la isla son los aspectos más relevantes, pero también el proceso de cultivo y su posterior elaboración tienen elementos protagónicos en el producto final que cientos de miles de estadounidenses podrán disfrutar sin tapujos con la caída del embargo que duró más de 50 años.
Es común encontrar que en las pruebas de cigarros, los expertos logran identificar a los habanos cubanos sin necesidad de verlos, gracias a su sabor característico. Con las nuevas condiciones políticas y las relaciones reactivadas entre ambos países, se espera que los paquetes fluyan como las aguas desde La Habana a todo el territorio estadounidense.