El fin del embargo de Estados Unidos sobre Cuba representa una decisión política trascendental de la Casa Blanca y toma una perspectiva comericial de grandes proporciones, con la posibilidad de seguir creciendo en las ramificaciones del nuevo acuerdo para alcanzar ganancias económicas que sirvan en los dos países.
Como en el caso de los habanos, Cuba se verá beneficiada por la venta de productos que son de calibre internacional pero que no llegaban al mercado estadounidense bajo las antiguas reglas, lo que supondrá un ingreso jamás imaginado hace un par de semanas.
Por ahora, el límite para cigarros y alcohol es 100 dólares de mercadería. Pero por algo se empieza y será algo más común tener habanos en suelo norteamericano para comercializar de una u otra forma, abriendo un mercado que se nutría de leyendas y limitantes para conseguirlos.
El turismo se presenta como otra área a explotar de manera conjunta entre ambos países. De momento, no existe el aval para que turistas estadounidenses vayan a la isla pero se espera que en un tiempo se llegue a esa resolución, lo que implicará una explosión de ingresos para agencias de viaje estadounidenses y el sector servicios de Cuba.
Con el desbloqueo del embargo sobre Cuba por parte de Estados Unidos, Barack Obama y Raúl Castro dan un paso adelante en términos comerciales y económicos para ambos países, esperando un panorama que sea beneficioso para los dos bandos en un acercamiento histórico pero necesario por características geográficas, policías y sociales.
Exportaciones e infraestructura, otros temas claves
Para Estados Unidos será importante medir el beneficio de una serie de exportaciones en las que Cuba podría interesarse, tomando en cuenta el retraso el tiempo que vive la sociedad en términos de tecnología, bienes y servicios.
La infraestructura de Cuba en ciudades como La Habana y especialmente otras de puntos turísticos determinantes en la isla, se verá apuntalada gracias al interés de Estados Unidos por contar con instalaciones y desarrollos urbanos capaces de complacer a los ávidos turistas que explotará un mundo hasta ahora prohibido.
Aún queda un largo camino por delante en términos legales, administrativos y políticos para convencer a las esferas todavía preocupadas por la decisión de la Casa Blanca, pero en el panorama se vislumbra una colaboración que podría significar millones de dólares como objetivo.