Las investigaciones nos dicen que los empleados no solo renuncian a los trabajos, renuncian a los malos jefes, escribe Jeff Haden en Inc. Por lo tanto, aquellos que es posible que aquellos que quieren a sus jefes se queden en una empresa cuando pueden conseguir un mejor empleo en otro lado.
¿Cómo puedes ser el jefe al que nadie quiere dejar?
Lo primero es que tengas en cuenta las cosas básicas. Ser profesional, ético y objetivo son las cosas que debes hacer.
Aparte, estos son los 8 hábitos de los buenos jefes:
1. Toma riesgos reales
A veces, vas a tener que tomar decisiones que no son populares, pero que son lo correcto. Los jefes buenos toman riesgos no para destacarse, sino por la recompensa que estos les pueden dar. Con este ejemplo, inspiran a otros a tratar de trabajar en sus sueños.
2. Ve la oportunidad en tiempos de incertidumbre
Los problemas inesperados y las crisis no deben ser evitados. En cada crisis existe la oportunidad. Es difícil hacer cambios, aún los necesarios, cuando todo está bien. Es más fácil reorganizar y motivar cuando existen retos.
3. Cree en más
Tus metas pueden ser realistas. Aun así, un buen jefe espera más, de sí mismo tanto como de sus empleados, y le enseña a los otros cómo llegar hasta allá.
4. Demuestra sus emociones
Los buenos jefes son profesionales, pero, sobre todo, son personas. Demuestran que están felices cuando algo sale bien. Demuestran su aprecio a la dedicación y al esfuerzo. Son personas y tratan a sus empleados como otras personas, no como números.
5. Trabaja
Los buenos jefes no le tienen miedo al trabajo pesado. Saben que a veces lo tienen que hacer, tal vez porque un empleado necesita ayuda. Ninguna tarea es muy aburrida o está por debajo de ellos.
6. Salva a otros
No importa que los empleados no se den cuenta, si un jefe se da cuenta de que algo esta saliendo mal y puede ayudar, es su deber como líder. Cuando alguien toma responsibilidad por algo que podria afectar la vida de otra persona, es inspirador y lo hace sentir como parte de un equipo.
7. Es un líder por sus actuacione s, no por su autoridad
Los buenos jefes no son líderes porque es su título, son líderes porque los empleados quieren que sean líderes. A través de sus acciones y palabras, motivan a las personas con las que trabajan. A su vez, estas personas sienten que están trabajando con su jefe y no para su jefe.
8. Busca un propósito más grande
Un buen jefe trata de llevar la empresa a sus metas y de servir un propósito más grande: avanzar la carrera de sus empleados, hacer una diferencia en su comunidad e inculcar lentamente un sentido de orgullo y autoestima en los empleados.