Mientras la comunidad internacional alaba el fin del embargo y la reactivación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el grupo de ex combatientes de Bahía de Cochinos rememora con dolor lo sucedido en 1961 y asegura que la decisión actual plantea efectivos muy negativos.
Desde el Museo de la Bahía de Cochinos en el barrio de Little Havana en Miami, los miembros de la Brigada 2506 entrenada por la CIA recuerda con dolor lo sucedido hace más de 50 años. Julio González-Rebull habló con The Guardian y dio declaraciones que dan vuelta al mundo:
“Los miembros de la brigada fuimos traicionados dos veces. Una vez en abril de 1961 y otra ahora en diciembre de 2014. No existe un grupo de cubanos libres en el mundo que sienta tanto dolor como nosotros. Dos presidentes estadounidenses nos traicionaron: John F. Kennedy y Barack Obama. No me había sentido así de triste en mucho tiempo. Nada ha cambiado en Cuba. No sé qué vendrá en el futuro”.
El ex combatiente señaló que tras un encuentro con el presidente Kennedy, el panorama parecía propicio para comenzar de nuevo en la isla.
“Cuando conocimos a JFK en el Orange Bowl, creí que íbamos a tener una nueva oportunidad. Pero nunca sucedió. Seguimos creyendo, pero la oportunidad nunca llegó”.
Al igual que muchos cubanos de Florida y un pequeño sector de los analistas internacionales, González-Rebull piensa que las condiciones no han cambiado en Cuba y que el futuro no es esperanzador con todo y la reactivación de las relaciones entre ambos países:
“Estoy triste no por nosotros, que estamos viejos, sino por todos aquellos que no conozco. Los cubanos creen que su estilo de vida mejorará pero es una mentira. No sé cómo la gente cree que las cosas cambiarán. Me sentí triste cuando Obama empezó su discurso hablando de las oportunidades comerciales para los cubanos y para los estadounidenses. ¿Dónde quedaron las palabras sobre libertad y derechos humanos?”
El conflicto en la Bahía de Cochinos es uno de los episodios más extraños y vergonzosos para la historia estadounidense, con una serie de instrucciones mal giradas y una falta de planificación alarmante, que lleva a muchos a pensar que tuvo que haber alguna intención por detrás de tantos errores. Al cabo de tres días, 120 invasores murieron y 1 200 fueron capturados por Fidel Castro. Estados Unidos nunca llegó con la ayuda aérea prometida y algunos no lo olvidan.