Las obras de construcción del nuevo Canal de Nicaragua comenzaron con un mensaje de bienvenida del presidente Daniel Ortega para Wang Jian, el empresario chino que se encargará de levantar la estructura a través de una concesión polémica que tiene muchas interrogantes y pocas certezas.
El megaproyecto elaborado por la compañóa china HKND consta de 278 kilómetros de largo, desde el extremo del Pacífico Nicaragüense hasta el Caribe, con una profundidad de 30 metros y un ancho de entre 230 y 520 metros. El objetivo es plantear una seria competencia al Canal de Panamá, que se encuentra en franco proceso de expansión.
“El futuro de la humanidad se verá beneficiado con este canal”, dijo Wang, presente en la ceremonia que dio inicio a las obras del futuro Canal de Panamá, en medio de las protestas de miles de ciudadanos por varias decisiones polémicas del presidente Ortega en relación al proyecto.
Un grupo de campesinos cortó las carreteras a modo de protesta por las tierras que perderán debido al megaproyecto de ingeniería, sin perspectivas de cambio o mejora para ellos en el futuro cercano tras perder la única fuente de ingreso que conocen.
Polémica ambiental y social
Son múltiples las interrogantes que se plantean con el próximo Canal de Nicaragua, por lo que la crítica nacional e internacional se hace presente por diveros motivos, principalmente el impacto ecológico y las complicaciones para las ciudadanos.
El proyecto podría tener un efecto negativo en el Lago de Nicaragua, en sus aguas de más de 8 000 kilómetros cuadrados. Los planos indican que el Canal atravesará el lago en 105 kilómetros, con trabajos de dragado a gran escala, lo que ha despertado mucha preocupación por el impacto ambiental, como detalla el Centro Humboldt en un reporte.
“El Canal representa una vergüenza nacional ante ojos del mundo, sobre todo porque es inaceptable desde el punto de vista de la ciencia que se inicie sin estudios de factibilidad ambiental, técnica y comercial. Hemos advertido de los riesgos que este proyecto va a tener para el país y sus ciudadanos”, explicó Mónica López, representante del Grupo Cocibolca.
Junto con las dificultades ecológicas, el megaproyecto del futuro Canal de Nicaragua también genera muchas preguntas sobre la viabilidad económica del proyecto y la confianza en los inversores, de quienes se desconoce su identidad.