En un 2014 que tuvo el explosivo escándalo de Petrobras, la humillante eliminación de la selección en una Copa del Mundo que debía terminar con algarabía para paliar los efectos de una economía agitada, la agotadora carrera por la reelección y los reportes en tono burlesco de los medios sobre una dieta para perder peso, la Navidad de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es la más difícil de los últimos años.
El escándalo de Petrobras ha sacudido los cimientos de la economía brasileña. La empresa de control estatal se vio envuelta en irregularidades en muchos niveles y una profunda red de corrupción que involucraba puestos ejecutivos importantes en el organigrama del buque insignia de la industria brasileña.
Luego llegó la carrera por la reelección que tuvo a Dilma Rousseff con un discurso agresivo en contra de sus principales adversarios, infundiendo miedo en la sociedad al señalar que las otras opciones de Gobierno dejarían de lado los programas sociales para enfocarse en los beneficios para el sector financiero de alto nivel. Su estrategia fue acertada, aunque el triunfo para mantenerse otro periodo en la presidencia tuvo un camino muy desgastante.
El liderazgo de Rousseff se vio cuestionado por el evento más importante del año en territorio brasileño: la Copa Mundial de la FIFA. En medio de protestas por la alta inversión en las ciudades sedes, los retrasos casi vergonzosos en el desarrollo de infraestructura para el evento y la necesidad de suprimir el habitual discurso que el máximo mandatario del país organizador hace en la ceremonia inaugural, el campeonato no sirvió para que los ciudadanos vivieran un tiempo de tranquilidad. La humillante eliminación de la “verdeamarelha” acentuó el descontento de diversos sectores con el presente del país.
Polémica designación en Medio Ambiente
Dilma Rousseff ha vuelto a meterse en problemas con la confirmación de Katia Abreu como nueva Ministra de Agricultura y Medio Ambiente. La abogada es reconocida como “la reina de la motosierra”, por estar involucrada en acciones contra activistas ambientales e ir en contra de propuestas “verdes”.
La polémica va en alza en la gestión de DIlma Rousseff, que por estos días es motivo de bromas y comentarios por su dieta para bajar de peso con miras al próximo año, en uno de los múltiples deseos que pedirá la presidenta de Brasil en esta época navideña.