Hind Aleryani es una periodista y bloguera Yemenita. En una de sus secciones más leídas de “Your Middle East Opinion,” se pregunta por qué los hombres musulmanes no tienen que cubrirse la cara.
“Nosotros jugábamos en el jardín de mi tía cuando éramos niños… niños y niñas, no había diferencia… crecimos juntos… corríamos, jugábamos, reíamos… peleábamos por diversión… veíamos la televisión juntos…
Y los días pasaron…
Mi prima y yo mirábamos por la ventana… podíamos ver el jardín donde mi primo jugaba con sus amigos… y es el jardín donde antes jugábamos juntos… son los niños con los que jugábamos… ¿qué sucedió? ¿Por qué estamos atrapadas en casa cuando ellos tienen la libertad de jugar al balón allá afuera? ¿Qué hicimos? ¿Es que crecimos? ¿Es que nuestro cuerpo cambió? ¿Nos convertimos en objetos de tentación y ahora tenemos que cubrirnos del resto de la gente?
Y los días pasaron…
Estoy en la escuela… aprendemos que una mujer se debe tapar el cabello porque es una tentación… sus cejas son una tentación… Recuerdo mi cantante favorito… sus ojos son preciosos también… su cabello es precioso… ¿Por qué él no tiene que taparse? Me hice yo sola esta pregunta, pero sin encontrar respuesta… Recuerdo que ya no se me permitía jugar en el jardín porque llegué a la pubertad… Pero no se lo prohibieron a mis amigos, los hombres. ¿Es qué ellos no alcanzaron la pubertad también? ¿Por qué a ellos no los encerraron en la casa? Tampoco pude encontrar la respuesta…
Y los días pasaron…
Escucho esto constantemente… “Una mujer es una joya que debe ser protegida (querrán decir, cubierta)”… y a veces es triste que una mujer es como un dulce: “Si le quitas la envoltura (el velo) se le paran las moscas”… Veo en la televisión a un cantante y me gusta ver cómo se pasa la mano por el cabello y expone su sedosidad. Sus brazos están descubiertos y su pecho desnudo… ¿Por qué este objeto de tentación no está cubierto? ¿Por qué él no está encerrado en casa? ¿Qué las mujeres no sentimos tentación por esto? Algunos dirían que las mujeres no deben ver eso… Pero entonces, ¿No deberían los hombres taparse los ojos para evitar la tentación de una mujer “objeto”? No encontré la respuesta…
Y los días pasaron…
Estoy en la Universidad. Veo a algunas personas distribuyendo un pequeño libro religioso… “Las Tentaciones de una Mujer”… su cabello… sus pies… sus ojos: “así que una mujer debe taparse uno de sus ojos porque los ojos son tentadores cuando se ven juntos”… ¡Juro que es lo que leí en ese libro!… Parece que no hay otro tema de conversación en este mundo que el estudio de la mujer y la tentación que representa. Decidí observar a los hombres… Quise saber qué es lo que le atrae a un hombre de una mujer… frente a mí observé a una mujer caminando con una abaya (una bata larga y negra) ajustada… ¡Ajá!… Lo encontré… es un objeto de tentación… Seguí observando… Frente a mí camina una mujer con una abaya más ancha que la anterior, pero abierta… los hombres ven… ¡Ajá! Entonces su cara también es tentación… Una tercera mujer caminando frente a mí… su rostro está cubierto y usa una abaya de pies a cabeza… ¡un hombre la ve! ¿Qué? No entiendo… ¿Por qué causa tentación una abaya negra? No vemos los ojos ni los pies, y este hombre se sintió tentado. En ese momento me di cuenta que la ropa no importa… los hombres miran bajo todas las circunstancias.
Pero él, con sus hombros anchos, su cabello, sus ojos y labios, no se considera un objeto de tentación, aún si todas las mujeres del mundo lo miran… es un hombre… él no tiene que esconderse… nadie le dijo que es una piedra preciosa… en ese momento yo ya no quería ser una joya. Quería ser un hombre libre…
Y los días pasaron…
Estoy en un país americano… las mujeres caminan alrededor mío… una lleva una minifalda… otra lleva shorts… y los hombres y las mujeres caminan juntos… es extraño… nadie está mirando… ¿Por qué no veo las miradas de los hombres como las veo en mi país? Esas miradas que hacen que una mujer se sienta desnuda… odio esas miradas… que me hicieron odiar vivir en esta tierra, y que me hicieron odiar haber nacido mujer… esas miradas que me niegan toda mi humanidad… ¿Por qué no veo esas miradas aquí? Todas las mujeres se ven muy bien aquí, ¿Por qué no veo esas miradas, si todas las mujeres son atractivas aquí? Veo a una mujer corriendo y riendo… Yo recuerdo que ya no tengo el derecho de correr desde la pubertad… Y recuerdo la ventana de mi tía… Y recuerdo que me decían que yo soy un objeto de tentación que debe ser cubierto… Y recuerdo a un hombre en mi país vestido de blanco, y así yo tenía que esconder mi negro… me pregunto ¿Por qué los hombres no usan negro? ¿Por qué los hombres no cubren sus caras? Y no encontré la respuesta…
Y los días pasan…