Un estudio reciente determinó que la gente que se acuesta tarde, por lo general goza de un coeficiente intelectual mayor que la gente que prefiere acostarse temprano.
El científico Robert Alison explicó en el Winnipeg Free Press que el estudio dividió a los sujetos de acuerdo a cuándo preferían desempeñar sus actividades: en la mañana o en la noche.
Aquéllos que preferían sus actividades en la mañana tenían un coeficiente intelectual menor.
De acuerdo a científicos de la Escuela Londinense de Economía, en tiempos prehistóricos la gente sólo tenía actividad durante el día. El cambio de actividades a la noche está relacionado con la evolución de los humanos y su reconocimiento complejo. La gente con alto coeficiente intelectual movió sus actividades a la noche.
Algunos estudios indican que la hora a la que nos dormimos, en al menos el 50% de nosotros, está determinada genéticamente, y que la hora del día en que cada uno de nosotros trabaja mejor evoluciona con los años. En general, al final de nuestra adolescencia, somos más activos en la noche.
Sin embargo, la gente nocturna exhibe características de poco envidiar.
Son menos confiables y más inestables emocionalmente. También es más probable que desarrollen adicciones. La gente matutina, por otro lado, es más consciente, resistente, son mejores trabajadores en equipo y tienen mejores calificaciones en la escuela.