Por razones de seguridad ante la amenaza de ataques de fanáticos religiosos, la Guardia Real ha modificado su postura en torno al despliegue de vigilancia en los principales recintos reales del Reino Unido, en una maniobra que se ha interpretado como miedo al estado actual de la seguridad nacional.
A partir de esta semana, la Guardia Real ya no se encuentra en el lado exterior de las puertas de acceso a las propiedades sino en la parte interior, en un movimiento que ha llamado la atención de turistas y visitantes de lugares históricos en territorio británico.
Además de ahora tener que resguardar los recintos desde adentro, los soldados de la Guardia Real también se encuentran acompañados por agentes de policía de los departamentos locales, con armamento suficiente para defender su posición en caso de ser necesario.
Una posición similar se tomó con la Guardia Real en la época de la campaña de terror de la IRA pero la sociedad británica y los expertos han alzado su voz por lo que interpretan como una “retirada” de los soldados y un síntoma del miedo profundo que tienen las autoridades del Reino Unido por la actualidad internacional.
“Nuestra posición es afuera de los edificios para que la gente sepa que estamos ahí. Pero supongo que los cambios son necesarios por la seriedad de la amenaza”, dijo un soldado en declaraciones a The Daily Mail acerca de la particular situación.
Miedo a los ataques individuales
La medida tomada por la Guardia Real se relaciona con un plan de prevención ante la amenaza de ataques individuales especialmente de fanáticos religiosos o miembros de grupos de extremistas que actúan por su cuenta, que podrían tener en los pintorescos soldados un objetivo para sus acciones.
Después de lo ocurrido en Sydney hace unos días ha puesto en alerta a las potencias europeas y el Reino Unido ha querido tomar cartas en el asunto, pese a las críticas generales por retroceder ante esas amenazas y aceptar el miedo en lugar de ocupar un lugar activo para contrarrestar esos problemas.
Los cambios en las posiciones de los soldados de la Guardia Real se confirmaron en lugares como Clarence House, el Palacio de St James’s, el Castillo de Windsor y el Horse Guards Parade.