En un lapso menor a 24 horas, la Casa Blanca presionó a Guatemala condicionando su ayuda económica para que juzgue al ex dictador Efraín Ríos Montt y se hizo de la vista gorda con Cuba por la violación de derechos humanos con la detención de manifestantes en La Habana.
La política internacional de Washington tiene sus más y sus menos, con decisiones polémicas y situaciones difíciles de explicar. El cierre del 2014 y el inicio del 2015 no son excepcionales en medio de este panorama, ya que presentaron un par de ejemplos notorios en el manejo diplomático con países de América Latina.
Así informó el periódico El País de España acerca de la presión del Gobierno de Barack Obama sobre Guatemala:
El mensaje de Washington, anunciado el mismo día en que Guatemala conmemoraba el 18 aniversario del final de la guerra, es una alusión clara al inminente reinicio del juicio al dictador Efraín Ríos Montt, de 88 años, programado para el próximo 5 de enero. Ríos fue condenado, en mayo de 2013, a 80 años de cárcel por genocidio y delitos de lesa humanidad. Esta sentencia fue anulada dos semanas después por el Tribunal Constitucional, en una resolución poco jurídica por no tener competencia en ese campo.
La ayuda de Estados Unidos es determinante para Guatemala, tanto a nivel económico como en logística, ya que en el país centroamericano se encuentran un total de 4.500 soldados estadounidense desplegados en tareas de apoyo y capacitación al Ejército y la policía.
El mensaje de la Casa Blanca no cayó nada bien y el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina, muy cercano a los intereses norteamericanos, tuvo que salir en defensa de la soberanía nacional señalando que “la embajada estadounidense no es la que manda en Guatemala“.
Casi al unísono, Washington condenó las detenciones de activistas por los derechos humanos en Cuba pero en ningún momento cuestionó, presionó o condicionó el acercamiento diplomático con el gobierno de Raúl Castro. Así informó El País:
Pese a todo, Washington ha dejado claro que este episodio no va a interrumpir el proceso de acercamiento a La Habana. “Como parte del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas, EE UU seguirá presionando al Gobierno cubano para que cumpla sus obligaciones internacionales y respete el derecho de los cubanos a reunirse de forma pacífica y manifestar sus ideas y opiniones”, señala el senador Marco Rubio al respecto.
En una posición diametralmente opuesta a lo expresado con Guatemala, Estados Unidos reiteró su compromiso con Cuba. En menos de 24 horas, un doble discurso de la política internacional de Barack Obama y compañía.