“Los actores son unas de las personas más ambiciosas y valientes en el planeta. Tienen que lidiar con más rechazo diario en un año que la mayoría de gente en toda su vida. Todos los días, los actores enfrentan el reto financiero de vivir una vida en la que trabajan como autónomos, la falta de respeto de las personas que piensan que deberían encontrar un trabajo de verdad, y su propio temor de no poder volver a trabajar.
Todos los días, tienen que ignorar la posibilidad de que su ambición laboral no es más que un sueño imposible. Con cada papel, salen de su zona de confort, de forma física y emocional, arriesgándose a recibir críticas y a ser juzgado.
Cada año, muchos ven a la gente de su edad que los rodea lograr las cosas predecibles de una vida normal – el automóvil, la familia y la casa. ¿Por qué? Porque los actores están dispuestos a dar toda su vida a un momento – a esa línea, esa risa, ese gesto o esa interpretación que moverá el alma de la audiencia.
Los actores son personajes que han probado el néctar de la vida en ese momento en el que su espíritu creativo se desahogo y tocó el corazón de otra persona. En ese instante, estuvieron tan cerca a la magia, a Dios y a la perfección de lo que se puede estar. Y en sus propios corazones, saben que dedicar toda su vida a llegar este momento vale mil vidas.” – David Ackbert, Empresario, en Los Angeles Times