Los noticieros toman nota de un enfrentamiento entre los agentes de la policía de Nueva York y las autoridades, con protestas por brutalidad policial en diversas zonas de la ciudad, mientras la “Gran Manzana” atraviesa su mejor momento en índices de criminalidad y violencia, convirtiéndose en el lugar más seguro de todos los Estados Unidos. ¿Cómo se explica esa dualidad?
El periódico El País informa cómo los sindicatos se encuentran en una “guerra” declarada contra las autoridades gubernamentales, que tratan de bajar el tono de la tensionada relación:
Nueva York es la más segura de todas las grandes ciudades de Estados Unidos, según los datos de criminalidad de 2014 conocidos este lunes, un éxito que su alcalde, Bill de Blasio, atribuye a los 35.000 agentes que la patrullan, “el mejor departamento de policía del mundo”. Sin embargo, nada parece aplacar la ira de los sindicatos policiales, que mantienen una guerra sin cuartel contra el regidor.
El alcalde Bill de Blasio prefiere enfocarse en los aspectos positivos de un año que ha puesto a la policía de Nueva York como la más efectiva en Estados Unidos, con la ciudad más poblada mostrando las mejores estadísticas en control de criminalidad y violencia.
El político tiene en William Bratton a uno de los personajes claves, para bien y para mal, en la “Gran Manzana”. El jefe del departamento de policía de Nueva York es el enemigo número uno de los sindicatos pero es la persona que tiene a la ciudad en su mejor momento histórico en términos de seguridad.
El Comisionado Bratton es un prominente administrador y ejecutor de la ley, con una trayectoria de éxitos como jefe en su natal Boston y Los Ángeles. Por si fuera poco, su prestigio hizo que el Reino Unido quisiera contratarlo para mejorar el departamento de policía en Londres, aunque finalmente tuvo que descartar su llegada por estar en contra del marco legal británico. Como premio de consuelo, el oriundo de Nueva Inglaterra se desempeña como asesor de seguridad de Inglaterra.
En medio de las protestas ciudadanas por acciones policiales y el conflicto con los sindicatos de la policía de Nueva York, la figura de Bratton es la base de defensa de De Blasio para mantener el orden interno al igual que ha conseguido hacerlo en las calles.