Los niños en Venezuela practican inglés recitando dónde nació el ya fallecido presidente Hugo Chávez, aprenden matemáticas calculando los beneficios sociales de las exportaciones de tierras y aprenden civismo al explicar el por qué los ancianos deberían estar agradecidos con él.
Referencias de este tipo, son las que se encuentran a favor de las políticas del Gobierno, en todos los libros de enseñanza que produce el Estado venezolano, los cuales no han hecho más que generar controversia en una nación en la que el Partido Socialista Unido de Venezuela, ganó las elecciones en 2013 con una más que exigua mayoría.
Los padres, enfurecidos
La polémica, además, también ha estado en las puertas de las escuelas, ya que algunos padres tiraron los libros frente a las puertas de algunos centros y los quemaron, en un acto que los medios de comunicación afines al Gobierno de Maduro compararon con la censura ejercida por los nazis en la Alemania de los años 30.
Así, los niños vuelven ahora, tras las vacaciones de Navidad a la escuela y muchos de los adultos, como hemos indicado anteriormente, se han mostrado indignados con los textos escolares que tratan al fundador de la revolución bolivariana como si de un héroe se tratase.
En la asignatura de matemáticas, los libros, por ejemplo, obligan a los estudiantes a hacer cálculos sobre cómo la producción en el campo se ha aumentado gracias a la reforma agraria o sobre la cantidad de tierra que la Administración todavía tiene que “rescatar” de manos de empresas y ciudadanos. Además, también se les pide a los niños que determinen cuánto ahorran los consumidores en las tiendas de electrodomésticos que son subsidiadas por el Gobierno.
También hay partidarios
Por otro lado, en el otro lado de la balanza, también se encuentran aquellos que defienden esta temática de los libros de texto, como, por ejemplo, Héctor Rodríguez (ministro de Educación), el cual ha instado a los críticos a que trabajen con el Gobierno para poder mejorar su contenido y, sobre esto, ha dicho que “los que quieren criticar hay que leer los libros, y, cuando encuentran un error, debe hacérnoslo saber para corregirlo”.
Pero, los que están en contra de los libros no lo están por los errores que los libros contienen sino que los ven como ataques a los enemigos del Gobierno y, asimismo, son críticos por la propaganda que hacen a programas del Gobierno que, en la actualidad, son muy controvertidos.
Los libros, son de producción estatal, y, se usan, mayormente en las zonas pobres, ya que, muy a menudo, son la única opción que tienen los maestros para enseñar a los más pequeños.