La actual turbulencia en la zona del euro tiene a Grecia como su epicentro. Con el favoritismo del partido de izquierda Syriza para ganar las elecciones – que tiene entre sus propuestas revisar su deuda pública y hasta cancelar parte de ella – los mercados están atentos y ya temen lo peor.
Los gobiernos que también tienen el euro como moneda oficial ya se pronunciaron sobre el caso, especialmente Alemania. Entretanto, esta vez, las declaraciones de Berlín no son apaciguadoras y una posible salida del país helénico de la zona no es descartada. Se argumenta que el riesgo de contagio ahora es menor que tres años atrás, cuando el gobierno griego pidió ayuda internacional.
La deuda pública del país es de 322 mil millones de euros. 17% de ella es parte de inversores privados, 10% del Fondo Monetario Internacional y 8% del Banco Central Europeo. O sea, todos ellos, juntos, dan poco más de la mitad que los 62% que tienen parte los gobiernos de diversos países europeos.
El gráfico muestra la exposición que cada país tiene caso el default sea confirmado y su porcentaje en el PIB de 2013. Por más que Alemania sea la principal acreedora, países menores como Portugal, Malta, Eslovenia y Chipre deben sufrir más si Grecia sale de la zona del Euro. Por más que esa posibilidad aún sea distante – caso Syriza realmente gane, un periodo de negociaciones se debe instaurar – los países europeos, principalmente los de economía más frágil, pueden tener un 2015 duro.