Con alta confiablidad en el Gobierno, aplicaciones seguras y fáciles de usar, planes de capacitación de los ciudadanos y programas de beneficios, Escandinavia se ha convertido en la región líder en limitar el uso de efectivo con billetes y monedas e impulsar las transacciones electrónicas en la sociedad.
Suecia, Dinamarca y Finlandia lideran los países europeos que más transacciones de tarjetas de crédito realizan por habitante, mientras Islandia y Finlandia también presentan números importantes, confirmando la tendencia de los países nórdicos como líderes en la revolución sin dinero en efectivo.
Según Jan Digrantes, director de Finance Norway, que representa a bancos y otras instituciones financieras del país, “nos aproximamos cada vez más a una sociedad sin dinero en efectivo“, con más confianza en los pagos electrónicos y la tecnología.
Para comercios y bancos, esta conducta representa rebajar costos y llevar un mayor control sobre el inventario y las preferencias del público. Para los usuarios, representa una experiencia más rápida, más sencilla y un mejor control sobre sus compras, revisando características, precios y ofertas en un ambiente tranquilo.
Las tarjetas de crédito son tan seguras y amigables en Escandinavia que las personas las utilizan incluso para efectuar las compras más pequeñas en un supermercado o incluso para prestar módicas cantidades de dinero a familiares o amigos, algo impensado en otros países de Europa, Estados Unidos o América Latina.
Las aplicaciones también facilitan las transacciones
Otro aspecto que ha colaborado a que Escandinavia sea líder en cuanto a países desarrollados que buscan mayor seguridad en las transacciones bancarias, con una sociedad que depende cada vez menos del dinero en efectivo, son los programas para smartphones que se utilizan diariamente.
“Es una revolución constante“, dijo Peter Fredell, CEO de Swedish Seamless, una compañía desarrolladora que sacó al mercado la aplicación Seqr que se encarga de unas 3.000 millones de transacciones de tiendas, restaurantes y negocios en línea cada año.
El uso es más limitado en personas mayores, pero aún los ancianos han aprendido a utilizar este tipo de software y a confiar en las transacciones electrónicas, por lo que el panorama es tremendamente alentador para consolidar la tendencia, considerando que la primera generación de usuarios sigue su curso y llegan nuevas generaciones con el Internet más impregnado en sus hábitos cotidianos.