El diario O Globo solicitó una investigación al Foro Brasileño de Seguridad Pública y los datos revelados son alarmantes: Brasil cuenta con uno de los cuerpos policiales del mundo, con más de 11.000 muertes entre 2009 y 2013, que en su mayoría no han sido investigadas por una ley que ahora las autoridades buscan modificar.
En Brasil, la policía presenta estadísticas mortales que no van acorde con la realidad de sus vecinos en América del Sur y que han provocado un debate interino de grandes proporciones al confirmarse las sospechas de muchos activistas. En medio de este panorama, Río de Janeiro y Sao Paulo, en sus áreas periféricas, registran los peores números.
En Río de Janeiro, 544 personas murieron en 2014 por intervención de los policías, con 416 fallecidos en 2013. El pico de esta estadística se dio en 2007, cuando fueron 1.330 las muertes a manos de las fuerzas del orden. Por su parte, en Sao Paulo fueron 816 las personas asesinadas por los policías.
Al revelarse este informe, Brasil ha quedado al descubierto por un marco legal que protege a los policías para aplicar fuerza letal, ya que al plantearse la figura de la “defensa propia” los cuerpos de policía evitan las investigaciones y en ningún momento se debe justificar el procedimiento o las circunstancias.
Samira Bueno, investigadora para el Foro Brasileño de Seguridad Pública, comentó: “Es necesaria la revisión de los procedimientos policiales, ya que la policía muchas veces dispara antes de preguntar”.
A modificar leyes y justificaciones
Los datos alarmantes sobre las muertes a manos de policías en Brasil impulsan un proyecto del Congreso para evitar la figura de la “defensa propia” en las investigaciones. Los diputados que presentaron el proyecto aseguran que un estudio detalla cómo el 60% de los casos rotulados como “defensa propia” eran falsos, sin resistencia alguna por parte de los fallecidos.
La presidenta Dilma Rousseff prometió mejorar los temas de seguridad relacionados con el Gobierno y fiscalizar las competencias de los estados con respecto a las fuerzas militares, además de profesionalizar los Centros de Control, la coordinación entre fuerzas y la tecnología de monitoreo.
En territorio brasileño, la Organización de Naciones Unidas ha reiterado en los últimos años la necesidad de desmilitarizar la policía en Brasil, ya que los agentes tienen entrenamiento militar que llevan a cabo en sus operativos, con resultados mortales.