Venezuela depende, en gran medida, de los ingresos del petróleo, con los cuales se financia el Gobierno y, además, se pagan los artículos importados (que representan el 70% del consumo).
Sin estos ingresos, el país, además de enfrentarse a una escasez de productos como la que está viviendo actualmente, también se acerca, cada vez más, a un impago de su deuda o suspensión de pagos.
Son ya muchos los expertos los que han predicho que la cesación de pagos va a llegar a lo largo de este año o del próximo; sobre todo, después de que el bolívar (la moneda del país) se devaluara en el año 2014 un 60% (más que cualquier otra divisa) y también, a raíz de que las protestas vayan en aumento por que los artículos básicos y los alimentos escasean en las tiendas.
Rusia y China, una gran ayuda
Respecto a esto, Russell Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets, ha dicho a la CNN que “el país está haciendo implosión…Venezuela no podía pagar sus facturas a 100 dólares por barril de petróleo y es seguro que tendrá dificultades para pagarlas a 40 dólares por barril”
Por su parte, el presidente del país, Nicolás Maduro, ha pedido ayuda a varios países como Rusia y China, en busca de fondos para poder ayudar a su economía y evitar el impago.
Pero, pese a estos apoyos, las perspectivas del país han empeorado, sobre todo desde que Moody’s bajó la calificación de la deuda venezolana a ‘Caa3′, debido al creciente riesgo de impago que ha provocado la caída de los precios del petróleo.
2.3 millones de barriles al día
Toda esta situación se debe a que Venezuela no vende suficiente petróleo para cubrir toda su deuda, pese a que produce casi 2.3 millones de barriles al día. El problema es que un tercio se destina a cubrir la demanda interna y estos, se pagan a precios muy bajos y, por si esto fuera poco, además, el país debe enviar una gran cantidad de petróleo a China como pago de deudas previas.
Con todo ello, Venezuela se enfrenta este año a 11.000 millones de dólares en pagos de deuda y el momento más crítico será en el mes de octubre, cuando vence el pago de alrededor de 5.000 millones de dólares; pero, por el momento, Nicolás Maduro no ha acudido ni al FMI ni al Banco Mundial en busca de ayuda para hacer frente a estas deudas.