¿Habrá alguna mejor instancia en el mundo para hacer contactos comerciales que el Foro Económico Mundial de Davos? Reyes, príncipes, presidentes, primeros ministros, líderes políticos, dueños y jefes de las más importantes compañías se reúnen por algunos días en la localidad Suiza de Davos.
Este año se realiza la cumbre número 45 y reúne a más de 2.500 personas que incluye a 40 jefes de Estado y de Gobierno y líderes de cientos de compañías. Los grandes ausentes, desde hace una década, han sido el Presidente de Estados Unidos y el CEO de Apple.
El tema oficial de este año es “nuevo contexto global”. El análisis abarcará, en términos generales aspectos como: ecología y sustentabilidad, seguridad y privacidad, inestabilidad e igualdad. Esta última, entendida en toda su extensión: hombre/mujer, ricos/pobres, norte/sur etc. En términos particulares, las principales discusiones serán en torno a la crisis financiera Europea, el precio del petróleo, la desaceleración de la economía China y la seguridad.
“Es correcto que eventos de este tipo deben existir, ninguna nación puede resolver los problemas por si sola” dice el profesor de la Universidad de Essex, Prem Sikka, y continúa: “pero los temas globales no pueden ser solucionados persiguiendo los intereses del 1%. Es necesario un cambio radical para desarrollar políticas que ubiquen el interés del 99% en el centro del debate”.
Sikka sostiene que esta cumbre se centra en los grandes problemas financieros que poco tienen que ver con las preocupaciones reales de la gente común. “Los Foros de Davos previos han elaborado políticas para los ricos, para sus propios intereses y han hecho poco para revisar la desigualdad”, indica el profesor.
Su argumento se ve respaldado por el último estudio de la ONG que lucha contra la pobreza, Oxfam, y que fue presentado en Davos, en el que indica que si la tendencia actual se mantiene, en un año el 1% más rico de la población mundial, tendrá una fortuna más grande que la suma de toda la del resto de los habitantes del planeta.
Las 500 empresas transnacionales top controlan el 70% del comercio mundial, el 80% de la inversión extranjera, 1/3 de la exportación de manufacturas, el 75% del comercio de materias primas y el 80% del comercio de servicios. Asegura Sikka, quien sostienen que “romper estos gigantes y hacerlos responsables ante el público no está en la agenda de Davos”.
“La realidad es que la mayoría de los delegados están más interesados en mantener las ganancias que han tenido hasta ahora que en mejorar el estado el mundo”, sostiene el columnista de fusión net, Felix Salmon. Quien además destaca que el “miedo” ha sido parte de esta cita anual y que durante los próximos años los líderes van a estar muy ocupados “evitando que las cosas empeoren”.
Una vez resuelto el problema de las expectativas, lo que queda esperar entonces no son grandes respuestas a los problemas mundiales. Pero algo mueve a 2.500 de las más importantes personas del mundo a ir hacia Davos. Y es que como dice a The Economist, un veterano en los Foros Mundiales: “tener contactos significa en última instancia: tener contratos”.