Este viernes el Ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis y el líder del Eurogroupo, Jeroen Dijsselbloem, se encontraron en Atenas para discutir la deuda del país europeo y después hablar con la prensa. Según el periodista de BBC Mark Lowen, los dos no estaban en sincronía y el holandés dejo la entrevista de forma anticipada. Las declaraciones dan a entender el porqué.
“Esta plataforma nos ha permitido ganar la confianza de los griegos”, dijo Varoufakis. “No tenemos la intención de cooperar con el comité que tiene como objetivo implementar un programa que consideramos tener una lógica anti-europea.” El representante del gobierno también declaró que el programa de ayuda no será renovado.
El comité a que el ministro se refiere es la troika, compuesta por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea, los principales acreedores de Grecia con un préstamo de 240 mil millones de euros hecho en 2010.
En los años siguientes al préstamo, el gobierno griego tuvo que controlar sus gastos y tomar medidas impopulares. El partido de izquierda Syriza, con un discurso anti-austeridad, creció en esos cuatro años de dificultades financieras y ganó las elecciones en el día 25 de enero. Entre sus promesas están renegociar la deuda con Europa, aumentar el salario mínimo, abortar las privatizaciones, entre otras medidas que Europa no ve con simpatía.
Dijsselbloem fue más pacifista declarando que “Grecia y el Eurogroup tienen un interés mutuo en la recuperación de la economía griega dentro de la eurozona”, pero también advirtió que el gobierno nuevo no debe decidir de forma unilateral en sus esfuerzos para re negociar la deuda.
El comité debe evaluar la situación griega en febrero para continuar con el préstamo de dinero – en el próximo mes serán 7 mil millones de euros – pero con la reunión de hoy, ese dinero puede quedarse donde está. Y Varoufakis también parece no querer esos euros, declarando que “no honrará compromisos hechos por un programa tóxico”.