La victoria de Alexis Tsipras apunta a revolucionar el panorama europeo en muchos aspectos, para bien o para mal, ya que ahora Grecia y Rusia parecen destinados a entenderse con tal de firmar una colaboración político-económica que les dé una mejor perspectiva en sus diferentes luchas en la escena internacional.
En un artículo reseñado por CNBC, el Ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov, considera viable extender una ayuda económica a la deuda de Grecia, especialmente después de que Syriza haya cuestionado las sanciones de Europa contra el Gobierno de Vladimir Putin:
“Nos podemos adelantar a cualquier situación. Si existiera esa petición (de ayuda) para el Gobierno de Rusia, definitivamente lo consideraríamos. Pero debemos tomar en cuenta los factores de las relaciones bilaterales entre Grecia y Rusia. Eso es lo único que puedo decir. Si la petición llega, la analizaremos”.
El guiño del funcionaro ruso para la nueva administración griega activa un panorama distinto para los próximos meses, como señala el periódico ruso Lidové:
“Grecia puede estar tratando de asegurar una mejor posición para las negociaciones sobre su deuda. Atenas podría estar de acuerdo con las sanciones contra Rusia si Alemania acuerda reducir la deuda. Puede que las deudas y las sanciones no estén directamente conectadas pero sí ejercen una influencia entre sí. La declaración pro-Rusia del Gobierno griego no sorprende, tomando en cuenta los discursos de Tsipras. Por eso la revista Foreign Magazine declara a Vladimir Putin como el gran ganador de las elecciones en Grecia. Tsipras habló con el embajador ruso en Atenas, quien le hizo llegar las felicitaciones de Putin”.
Sobre este tema, MarketWatch recuerda que miembros del nuevo Gobierno griego han mostrado su simpatía por Rusia:
“Rápidamente, esto se interpretó como una amenaza de Grecia y Rusia a las sanciones de la Unión Europea… Y pareciera que Syriza se alinea con Rusia: formó la coalición con el partido independiente griego y pro-Kremlin, Tsipras se reunió con el embajador ruso horas después de asumir su nuevo puesto y el ministro de energía tiene una reputación de ser pro-Rusia”.
Lo cierto del caso es que Alexis Tsipras está mucho más abierto que los políticos europeos a adoptar una posición pro-Rusia, aunque tarde o temprano tendrá que afrontar las consecuencias, como señala el diario Dennik N:
“A diferencia de Viktor Orban, Robert Fico y Milos Zeman, Tsipras tiene suficiente apoyo de sus votantes como para hacer lo que otros solamente podían sugerir en privado sin tomar acciones. Muchos de los políticos de Europa central no están en una posición para decir quién es el agresor en Ucrania y quién debe tomar la responsabilidad de las víctimas del conflicto. En República Checa, Hungría y hasta cierto punto en Eslovaquia, la desconfianza en Rusia es tan profunda que los políticos pro-Rusia deben ser discretos sobre su apoyo a Putin. Pero al final, Tsipras afrontará el mismo problema que sus colegas centroeuropeos: Rusia no puede reemplazar las inversiones de Occidente. No tiene suficiente dinero para subsidiar a sus seguidores”.