El caso por el fallecimiento de Alberto Nisman, el fiscal argentino que había comenzado una causa contra la presidenta Cristina Fernández y otros altos funcionarios gubernamentales por encubrimiento de delito por un acto terrorista contra una comunidad judía en 1994, sigue avivando la polémica en el país sudamericano y en todo el mundo, con muchas interrogantes sobre lo sucedido.
Los medios internacionales tratan de seguir el ritmo a una actualidad informativa que tiene mucho misterio y pocas certezas sobre la muerte de Alberto Nisman. Por ejemplo, The Washington Times titula un artículo diciendo que “Llora por Argentina, mientras los terroristas y los mafiosos se salen con la suya”. La nota está firmada por el presidente de la Fundación para la Defensa de las Democracias, Clifford D. May.
El periódico español El País señala que la hipótesis del suicidio vuelve a tomar fuerza con los resultados de las últimas pruebas:
Las pruebas de laboratorio practicadas hasta ahora se van abriendo paso silenciosamente hacia la tesis del suicidio de Alberto Nisman, a pesar de todo el ruido que provocó su muerte; a pesar de todas las acusaciones sin pruebas emitidas por la propia presidenta, Cristina Fernández; a pesar de las irregularidades, negligencias y despropósitos que el caso ha dejado al descubierto.
Las voces sobre el fallecimiento del fiscal argentino tuvieron otro protagonista con una carta conmovedora y desafiante del primo de Alberto Nisman, replicada por La Nación y otros medios:
Señores, la verdad no tiene bandos. La verdad no necesita usar armas. Mi primo Alberto había asumido el compromiso de presentarse el día lunes al Congreso para exponer el resultado de su investigación que implicaba a la Presidente y a funcionarios de este gobierno en una presunta maniobra de encubrimiento de ese atentado, y que paralelamente fue presentado ante la Justicia, para que sea finalmente ella la que dirimiera. Por eso lo mataron. Estaba amenazado. No de ahora, desde hace años. Tenía custodia. No de ahora, desde hace años. Aún así siguió, amparado sólo en sus firmes convicciones e ideales. Porque no se doblegaba ante nadie ni se dejaba amedrentar. Porque tenía plena certeza. Porque el caso AMIA está resuelto -como tantos otros- hace tiempo. Mi primo luchó por sacarlo a la luz. Por eso lo mataron.
Mientras la prensa internacional se pregunta asombrada por lo ocurrido, los medios argentinos han elegido la polarización que les ha caracterizado en los últimos años, con los medios oficialistas haciendo una defensa de la presidenta y apuntando en todo momento al suicidio de Alberto Nisman, mientras los medios de la oposición se enfocan en las dudas que ha dejado el procedimiento.
En medio de este mar de incógnitas, Argentina vive un momento complejo por la muerte de Alberto Nisman, que simboliza la profunda división de la sociedad en los temas más relevantes del país.