La fortaleza del dólar estadounidense y la libra esterlina con respecto al euro hacen que el turismo en Italia tenga proyecciones positivas para este año, con la posibilidad de multiplicar la cantidad de turistas procedentes de Estados Unidos, el Reino Unido, el resto de Europa y países asiáticos como China y Japón.
Según Paul Rickard, de la Asociación Europea de Turismo, los aspectos negativos de la crisis económica local que han atrapado principalmente a las nuevas generaciones, le darán un impulso al turismo en Italia como nunca antes en los últimos años.
“Los países como Italia y España están ofreciendo más valor a los visitantes, con la respuesta económica siendo uno de los puntos altos para la demanda. Pero también depende de qué tan rápidos se dan los movimientos entre monedas con el paso del tiempo. Para el futuro también esperamos que la reducción en los precios del petróleo sea un factor para tener vuelos menos costosos, por ejemplo”, explicó.
La caída del euro a su nivel más bajo desde 2006, con la necesidad del Banco Central Europeo de afianzar un paquete de estímulos para mejorar la economía regional, hacen que el turismo en Italia presente excelentes condiciones para las personas que quieren visitar sus emblemáticas ciudades este año.
Los negocios turísticos se preparan con optimismo
Después de años complicados en los que los números bajaron considerablemente, los complejos de turismo en Italia se alistan para una oleada de visitantes que ya se empezó a ver en las primeras semanas de 2015, con un número creciente de personas comprando noches de hotel, paquetes vacacionales y visitando los establecimientos comerciales de los destinos turísticos.
Ya no se trata de los rusos comprando los castillos históricos y pintorescos de las villas italianas, sino de personas que no pertenecen al grupo de millonarios que seguirán impulsando el turismo en Italia para este año, procedentes de Estados Unidos, el Reino Unido y Asia, especialmente de China y Japón.
Entre otros eventos programados para el 2015, World Expo se llevará a cabo en Milán en mayo y los organizadores aseguran que la demanda no tiene precedentes, con más de 8 millones de boletos ya vendidos.