La crisis económica rusa es muy seria y la inflación es un termómetro. Analistas calculaban que en Enero el número sería 13.3%, pero el informe oficial fue peor: la inflación en el país está en 15%. Y debe empeorar.
Rusia sufre con las sanciones impuestas por la Unión Europea y la caída brusca de los precios del petróleo. El rublo, su moneda oficial, está desvalorizado y el precio de las importaciones es prohibitivo para la población.
Para Liza Ermolenko, economista de Capital Economics, la situación todavía puede agravarse. “Creemos que el salto de los precios de productos importados como resultado de la caída del rublo está ocurriendo. Pero los efectos tardíos continuarán en los próximos meses y pueden hacer llegar la inflación a 17.5% en el segundo trimestre”, declaró.
Esta noticia surge pocos días después de que el Banco Central Ruso bajó de 17% a 15% su tasa de interés, medida inesperada por el mercado, ya que una de las principales estrategias para contener la inflación es aumentar los intereses.
En entrevista al periódico The Moscow Times, el economista especializado en Rusia del banco Merrill Lynch, Vladimir Osakovsky, fue crítico de la medida: “la inflación está en el mismo nivel que el interés. En teoría, ellos tienen que aumentar el interés. La decisión del Banco Central, siendo modesto, fue prematura.”