El término Ladino se designa a la persona que actúa con astucia y disimulo para conseguir lo que se propone.
Una palabra que encaja perfectamente en la realidad política de América Latina, reflejada en sus dirigentes y antecesores, que han dejado y siguen dejando la huella negra dentro de un continente rico y mágico, pero con un pueblo desencantado por la manera como los dirigen.
El Centro de Investigación Estadounidense Pew, con sede en Washington, encargado de brindar información sobre problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan al mundo, publicó un informe sobre el descontento de 31 países emergentes y en vía de desarrollo, entre ellos nueve latinoamericanos: Colombia, Brasil, Argentina, Perú, México, Venezuela, Chile, El Salvador y Nicaragua.
Su metodología se basó en entrevistar a mil personas adultas en cada uno de los países, entre abril y mayo de 2014, con márgenes de error que varían según el sitio, pero que en general fluctúan entre los 3.5 y los 4.5 puntos porcentuales. En ésta, el 59% de los encuestados aseguró no estar satisfecho con el actual sistema político, frente a un 40% que dijo estarlo.
Colombia primera y Brasil segunda; las más descontentas en América Latina
La imparable corrupción, la polarización actual entre los que están a favor del proceso de paz y los que no, la ilegitimidad de lo realizado por el Gobierno antecesor y un Congreso que registra en las encuestas una de las peores imágenes de su historia; son unos de los tantos aspectos que se reflejan en el segundo puesto a nivel mundial con un 75% de la población colombiana encuestada, que dijo estar descontenta con la política actual. Sólo la supera el Líbano con un 90%.
A ésta le sigue Brasil con un 71%, el mismo porcentaje de los territorios palestinos. El pasado Mundial de Fútbol realizado allí habrá marcado su historia política; en donde las millonarias licitaciones, el sobre costo de los estadios que superaron hasta diez veces lo previsto, pusieron en aprietos al gobierno de Dilma Rousseff, que vio desfilar a millones de brasileños pidiéndole cuentas a su Gobierno. A esto se le suma la muerte del candidato a la presidencia Eduardo Campos.
El fin del tango Kirchner en Argentina y la Venezuela poco madura para sobrevivir
El asesinato del fiscal Nisman, la guerra contra los medios de comunicación y los reveladores actos de enriquecimiento ilícito en los últimos diez años por parte de los Kirchner han puesto las tonadas finales a una dirigencia en la que el pueblo gaucho cree cada vez menos.
Por el lado venezolano, las denuncias por partes de organizaciones de Derechos Humanos, un Nicolás Maduro que se queda cada día más solo frente a la crisis económica que afronta su país y un pueblo que hace largas filas en los supermercados para conseguir un rollo de papel higiénico; factores que han volteado la torta de unión Chavista y con el tiempo con menos “rebanadas” de poder.
De los nueve países estudiados, El Salvador y Nicaragua, con 53% y 66% correspondientemente, son los más creyentes de la política actual; una política “ladino” americana que se vuelve cíclica y amañada dentro del desencanto de su pueblo frente a los que llevan el timón de su barco.
“Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos” – Eduardo Galeano