Hablar de pobreza en Latinoamérica se podría tratar desde una infinidad de puntos de vista y variables, las que en algún momento la mayoría de países de esta región han mejorado, menos México. El país Azteca va cada día más para atrás, donde sus números de personas pobres aumentan con el pasar de los días y el gobierno de Enrique Peña Nieto ve cada vez más lejos el milagro que le dé la anhelada reducción de la pobreza.
Hace una semana el actual gobierno presentó las primeras mediciones desde que inició en el 2012. Lo cual reportó que en los dos últimos años habían ingresado a las cifras de pobreza 2.000.000 nuevos de mexicanos, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval); es decir que 55.300.000 personas en la actualidad son pobres, en la segunda economía más importante de América Latina.
¿Cómo miden la pobreza?
El índice que utiliza Coneval es multidimensional, es decir que se mide el ingreso y las carencias sociales, como el acceso a servicios de salud, alimentación, seguridad social, los servicios básicos de vivienda, el rezago educativo y la calidad de vivienda. La persona que tenga al menos una carencia social y un ingreso menor al valor de la línea de bienestar se considera que está por debajo de la línea de pobreza.
Mientras que la pobreza extrema, donde se encuentran cerca de 11.400.000 de mexicanos, se redujo un 0,3%, es decir que pasó del 9,8% de la población al 9,5%, en cifras, casi 100.000 menos que hace dos años. En este rango se encuentran quienes tienen un ingreso inferior al de la línea de bienestar mínima; los que tienen más de tres carencias sociales, además de un ingreso representativamente bajo.
¿Dónde se encuentran las mayores poblaciones de pobreza?
En el estado de Chiapas, ubicado al Sur de México, tres de cada cuatro personas son pobres (76,2%) y casi un tercio de la población se encuentra en pobreza extrema. También se dice que apenas 24.600.000 personas están en la categoría “no pobre y no vulnerable” en todo el territorio nacional.
Las soluciones para mejorar estas paupérrimas cifras parecen sencillas, pero van más allá de proponer. Una de ellas es mejorar el cobro de impuestos, tanto a nivel estatal como municipal, además del fortalecimiento de las capacidades técnicas e institucionales. Lo otro que hay que tener en cuenta es que en el país manito todavía hay casi dos tercios de la población activa que trabaja sin derecho a pensión, ni seguridad social.