Lejos de predicar abstinencia por los placeres terrenales, los monjes budistas detrás de la barra de Vowz -un bar de Tokio- animan a lo contrario. En este sentido, Yoshinobu Fujioka, el cabeza de los monjes, explica que “el despertar puede llegar en cualquier momento”. Por ello mientras sirve un gin tonic a uno de sus clientes anuncia:
“Hay diferentes caminos hacia Buda”
Así son las doctrinas que practican los budistas en Japón. De hecho algunos de los 77.000 templos budistas dirigen cafeterías, desfiles de moda o incluso funerales de acogida para mascotas.
Sin embargo, cientos de estos templos cierran cada día; “para el 2040 probablemente el 40% se habrán perdido” así lamenta Hidenori Ukai, autor del nuevo libro que trata sobre la crisis en el Budismo japonés.
Tanto es así que en 1950 el llamado “Templo del Pabellón Dorado” en Kyoto fue quemado por un monje que padecía esquizofrenia y que adoraba ese lugar. Sin embargo hoy en día los templos están muriendo debido a la indiferencia de la población japonesa que crece cada vez más alejada de la religión.
Sin embargo se puede pensar que los templos modernos sobrevivirán gracias a los funerales pues el budismo es a menudo elegida como la religión bajo la cual morir en forma espiritual. De hecho el año pasado alrededor de 1,3 millones de personas murieron en Japón mediante los funerales más caros del mundo (24.700 dólares).
Por ello las alternativas no religiosas están creciendo como opción más económica donde muchas familias optan por arrojar las cenizas al mar.