Los controles estatales sobre la economía en La Habana están disminuyendo y eso provoca la aparición de los nuevos ricos que se desmarcan de los ingresos limitados y la vida austera con un poder adquisitivo inusitado.
En Cuba la riqueza es tabú y el gobierno controla un 80% de la actividad económica. Sin embargo, el otro 20% está disfrutando de una libertad que está creando nuevos ricos, como explica un artículo The Daily Mail.
Desde que Raúl Castro comenzó el proceso de apertura de la economía y más aún con las perspectivas optimistas por el acercamiento con Estados Unidos, los bares y cafeterías de La Habana abren y se llenan de clientes con facilidad.
“Eddy Relova arañaba una forma de vivir al comprar y vender productos en la calle, pero ahora se sienta tranquilo usando un collar de oro en un restaurante de moda de La Habana. A los 23 años, Relova puede vender joyas como comerciante privado. Sus ganancias han subido y es uno de los nuevos ricos de Cuba”, detalla AFP.
De hecho, la tendencia de los incipientes millonarios ya provoca tensión social en un país en el que el salario promedio es de 20 dólares al mes.
El sector privado empieza a crecer
Hasta ahora, solo los militares, jefes gubernamentales y artistas podían comprar automóviles o ropa fina, pero eso está cambiando.
Los estudios estiman que unas 500.000 personas trabajan en el nuevo sector privado y la situación es auspiciosa ya que el Estado recibe dinero de impuestos a las ganancias.