‘Edinburgh Woollen Mill’, la textil británica, ha sido acusada de comercializar pañuelos etiquetados como “100% de cachemira” cuando en realidad se trata de una mezcla a base de lana de oveja, de yak y productos sintéticos. La compañía -que presenta 265 tiendas- se encuentra a la espera de juicio.
Tras haber sido acusada de utilizar alternativas más económica, la gran minorista británica se encuentra en un círculo de preocupaciones acerca de la calidad de los productos en toda la industria.
Y es que, según fuentes judiciales, la ropa que supuestamente estaba hecha de cachemira puede contener “piel de rata y otros animales” además de una mezcla viscosa de acrílico en ellos.
En este sentido, Karl Spilhaus, presidente de la cachemira y el pelo de camello en Manufactures Institutes (CCMI) anunció en el Sunday Times “No es un problema significativo en la calle británica. Hemos probado mucho productos y se encontró una gran cantidad de etiquetado incorrecto“.
Selina Scott, presentador de televisión que investigó la industria para el lanzamiento de su propia colección de cachemira cree que el problema es algo generalizado pues:
“No existe la suficiente cachemira en el mundo para producir las cantidades que están en venta”
‘Edinburgh Woollen Mill’ insiste en que sus productos son auténticos
La compañía ha asegurado que “defenderá vigorosamente” las acusaciones ante el juicio de Sheriff Court en Dumfries el viernes.
Y es que, según ha explicado, todos sus productos están sujetos a pruebas independientes para asegurar que los materiales son auténticos.