Tiendas y cafeterías fueron demolidas por irregularidades en los documentos de las propiedades pero los opositores afirman que el gobierno quiere tener empresas que puedan pagar tarifas y sobornos más altos.
“Los moscovitas amanecieron con escenas de destrucción… Los perpetradores no fueron terroristas sino el gobierno de la ciudad, con excavadoras para destruir cerca de 100 edificaciones catalogadas como peligrosas para el público”, destaca un artículo de The Economist sobre la situación titulada como la “noche de las cucharas largas de Moscú”.
Mientras Vladimir Putin dijo hace unos días que “las pequeñas y medianas empresas deberían ser la base del desarrollo económico del país”, la capital eliminó decenas de negocios de esas características en cuestión de minutos.
Las tiendas en cuestión no eran agradables a la vista pero muy convenientes con una enorme variedad de productos, pero para las autoridades afirman que los documentos de propiedad de los dueños se obtuvieron de manera ilegal y dieron paso a la demolición, sin importar las apelaciones.
Las razones del gobierno local
Las principales críticas contra el alcalde se basan en un interés por atraer empresas más grandes a utilizar los terrenos, ya que estas representan mayores “sobornos” y tarifas impositivas.
De igual forma, en Rusia preocupa que estas acciones atenten contra la llegada de otras compañías debido a la inestabilidad legal.
“En papel, el clima de negocios en Rusia ha mejorado recientemente. Pero cuando los derechos en papel se encuentran con las bolas de acero, el papel suele romperse”, concluye The Economist.