Aunque los partos por cesárea muchas veces ocurren por necesidad médica es posible que tengan consecuencias para la salud a largo plazo del bebé.
Aquellos niños que no pasan por el canal del parto pierden bacterias beneficiosas que ayudan que su sistema inmunológico se desarrolle y den forma a su microbioma, la colección de microorganismos que viven sobre y por dentro del cuerpo.
Por esto, estos niños pueden ser más vulnerables a enfermedades inmunológicas como el asma y la diabetes.
Pero los investigadores de la Universidad de Nueva York pueden haber encontrado la solución. Ungir a los bebés nacidos por cesárea con los fluidos vaginales de la madre inmediatamente después de que nazcan puede ser la clave para proveerles con estos microbios que pueden entrenar al sistema inmunológico a reconocer y preservar las buenas bacterias.
Todavía no se sabe cómo este procedimiento afecta la salud de los bebés a largo plazo.