Mientras el deporte se iba alejando de las sombras de doping por sustancias prohibidas en los corredores, ahora las autoridades tienen que lidiar con un nuevo escándalo del ciclismo que amenaza a la competencia profesional: el doping mecánico.
Como detalla un artículo de BBC News, los rumores sobre “bicicletas dopadas” han circulado durante años pero nunca ha estallado ninguna confirmación a nivel local o internacional que involucre a competidores profesionales… hasta ahora.
El nuevo escándalo del ciclismo tendrá que ser detenido y controlado en las inspecciones, que han pasado de ser un proceso rutinario a un examen científico para evitar que un corredor saque ventaja de esta manera.
Entre los nombres apuntados por esta práctica han habido sospechas sobre Fabian Cancellara y Ryder Hesjedal, aunque ambos han negado las acusaciones y no ha habido confirmación ni castigo.
Un corredor produce 250 watts de potencia por su cuenta, mientras que con un motor puede llegar a producir 400 watts.
Los expertos afirman que la práctica puede extenderse debido a que es relativamente sencillo “motorizar” una bicicleta, escondiendo el motor en un tubo y usar un interruptor en el manubrio para activar el mecanismo.
El primer caso confirmado
Hace dos semanas, se dio el nuevo escándalo del ciclismo cuando oficiales del Cyclo-cross World Championship inspeccionaron la bicicleta de la belga Femke Van den Driessche y encontraron un motor escondido.
La corredora juró que no era su bicicleta y que alguien la habría cambiado accidentalmente, pero, pero las autoridades confirmaron que se trata del primer caso de fraude tecnológico en la alta competencia.