Lavarse los dientes no es tan simple como parece.
Primero debes tener cuidado con los cepillos de dientes eléctricos, ya que usarlos de la manera incorrecta puede causar daños serios a los dientes. El error más común es hacer demasiada fuerza o cepillarse los dientes demasiado rápido. Si haces esto con suficiente frecuencia, puedes dañar el esmalte de los dientes y hacer retroceder las encías exponiendo el área sensible de las raíces dentales.
En particular, los ninos no deben usar cepillos de dientes eléctricos.
También es importante escoger el cepillo de dientes indicado.
Cuando estés escogiendo un cepillo manual, es importante buscar uno con cerdas suaves. Las cerdas duras pueden aplicar demasiada presión y crear erosión del esmalte.
Si te gusta más usar un cepillo de dientes eléctrico, usa un moderno ‘sonico’. Este se diferencia de otros cepillos eléctricos porque usa la vibración en vez de la rotación para limpiar los dientes y para hacer que la crema dental entre entre ellos.
Usa tu cepillo eléctrico en un ángulo de 45 grados hacia tus encías y no te laves los dientes justo después de comer. Tu boca todavía tendrá mucho ácido, el cual también puede debilitar al esmalte dental.