Es fácil que nuestra mente asuma que los sueños no son más que respuestas neuronales sin sentido. Una serie de aleatorias escenas e imágenes con discernibles efectos para la salud que nos distraen mientras que estamos durmiendo. Pero la moderna neurociencia nos cuenta otra historia. Informa Kelly Bulkeley:
Bulkeley es autor de ‘Big Dreams’ e investigador sobre sueños y teología quien afirma que -de una forma u otra- los sueños nos preparan para una dimensión espiritual. Para entender el por qué de esta afirmación debemos aproximarnos a qué sucede en nuestro cuerpo mientras soñamos:
Aunque no podemos ser físicamente conscientes durante el sueño, por momentos nuestro cerebro permanece verdaderamente activo; especialmente en la conexión con imaginación visual, recuerdos emocionales y respuestas instintivas. Son los llamados “grandes sueños”: intensos, experiencias memorables como viajes astrales, soñar con la muerte, pesadillas de ataques demoníacos o sueños lúcidos con alta conciencia.
Estos sueños son realmente comunes
Kelly Bulkeley realizó una investigación denominada “Sleep and Dream Database” donde encontró que más de la mitad de los americanos adultos (51% en las mujeres y 38 % en los hombres) afirman haber presenciado alguna vez visitantes nocturnos mientras que más de la mitad de ellos (75% en las mujeres y 68% en los hombres) confirmaron haber sido partícipes de sueños lúcidos.
La ciencia puede no ser capaz de demostrar la existencia de Dios pero sí puede probar que para mucha gente soñar significa expandir su consciencia a una realidad invisible y alcanzar un nivel no muy diferente de la religión.