El temor a atentados terroristas provocados por extremistas islámicos hace que el debate sobre la seguridad nacional vuelva a ocupar lugares importantes en la sociedad estadounidense y los analistas se dividen entre los que consideran que la policía debe tomar precauciones y quienes piensan que presionar a esta minoría provocará más daño que soluciones.
No es fácil analizar y proyectar lo que puede suceder con la actualidad del extremismo religioso y el avance del Estado Islámico a nivel mundial, por lo que las opiniones encontradas están a la orden del día.
Algunos creen que es una idea tonta e inefectiva
Jonathan Chait de NYMag: “Después de las atrocidades en Bruselas, DonaldTrump renovó su intención de frenar la inmigración musulmana. Ted Cruz, el supuesto candidato cuerdo, dijo que se debe permitir que la policía patrulle los barrios de musulmanes estadounidenses antes de que lleguen a radicalizarse“.
Peter Beinart de The Atlantic: “La propuesta de Cruz es tonta. Cita un programa cancelado de policías encubiertos que buscaban célulasterroristas, que no pudo determinar ninguna investigación sobre terrorismo”.
Otros afirman que la medida es aplicable y sensata
David Marcus de The Federalist: “Tener presencia policial entre los musulmanes estadounidenses no es diferente a los policías que vigilaban los barrios italianos buscando conexiones de la mafia en los años ’80. Y el controversial programa que monitoreaba musulmanes no fue tan inútil como los críticos afirman. Cruz está usando el sentido común para una política que reconoce el desafío que presenta el terrorismo”.
Andrew McCarthy en NationalReview: “Cruz no está pidiendo que se dé una vigilancia estricta sobre todos los musulmanes estadounidenses… Los liberales no quieren admitir que algunas mesquitas y ciertas comunidades son semilleros de radicales islámicos. ¿Por qué la policía no puede enfocar su atención en ellos?”.